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Actualizado: 4 de julio de 2025
«Que no se permitirá que ninguna persona maltrate de obra ni de palabra á los cristianos y cristianas que antes de estas capitulaciones se obieren vuelto moros; y que si algun moro tuviere alguna renegada por mujer, no será apremiada á ser cristiana contra su voluntad, sino que será interrogada en presencia de cristianos y de moros y se seguirá su voluntad; y lo mismo se entenderá con los niños y niñas nacidos de cristiana y moro.»
Una pálida doncella que, según algunos, era la monja renegada de que se hablaba en Toledo, escuchaba los insultos de la muchedumbre con infantil expresión de curiosidad y de ternura. A veces, apoyándose en el hombro del religioso y echando la cabeza hacia atrás, reía gozosamente, como una ebria.
Esta señal nos confirmó en que alguna cristiana debía de estar cautiva en aquella casa, y era la que el bien nos hacía; pero la blancura de la mano, y las ajorcas que en ella vimos, nos deshizo este pensamiento, puesto que imaginamos que debía de ser cristiana renegada, a quien de ordinario suelen tomar por legítimas mujeres sus mesmos amos, y aun lo tienen a ventura, porque las estiman en más que las de su nación.
La renegada de Valladolid es una amalgama extraña de intrigas profanas amorosas y de tendencias místicas. Doña Isabel, joven dama de Valladolid, ha hecho voto de ser monja, y está á punto de entrar en el convento, cuando se enamora de repente de un caballero que sirve bajo las banderas de Carlos V, y se perjura de manera, que quebranta locamente sus votos y se escapa con su amante.
Ya he caído en la cuenta le dije ; ese general es el que quiera esa renegada Gaviota que sea su padre. De muchas iniquidades había yo oído hablar; de muertes, robos, hasta de piratas; pero eso de renegar de su padre, en mi vida he oído otra. Nicolás se desternillaba de risa; por lo visto, esa indiniá no les coge allá de susto.
5 Chico Baturí, y siempre es culpa la desdicha, de D. Antonio de Huerta, D. Jerónimo Cáncer y D. Pedro Rosete. 6 Mejor está que estaba, de D. Pedro Calderón. 7 San Franco de Sena, de D. Agustín Moreto. 8 El Hamete de Toledo, de Belmonte y D. Antonio Martínez. 9 La renegada de Valladolid, de Luis de Belmonte y de D. Antonio Bermúdez. 10 Luis Pérez el Gallego, de D. Pedro Calderón.
De éstas, sólo La bizarra Arsinda, El conde Partinuples y La renegada de Valladolid se encuentran en el catálogo de la Huerta. Una descripción muy animada del bullicio y del tumulto, inseparable de las representaciones públicas teatrales, se encuentra en El día de fiesta, su autor D. Juan de Zabaleta. Dos partes: Coimbra, 1666.
Y, aunque en este tiempo procuramos con toda solicitud saber quién en aquella casa vivía, y si había en ella alguna cristiana renegada, jamás hubo quien nos dijese otra cosa, sino que allí vivía un moro principal y rico, llamado Agi Morato, alcaide que había sido de La Pata, que es oficio entre ellos de mucha calidad.
I hase de advertir aquí que semejante providencia era contraria á aquel artículo de la capitulacion en que se decia: «Que no se permitirá que ninguna persona maltrate de obra ni de palabra á los cristianos ó cristianas que antes de estas capitulaciones se hubieren vuelto moros, y que si algun moro tuviere alguna renegada por mujer no será apremiada á ser cristiana contra su voluntad, sino que será interrogada en presencia de cristianos y moros, y se seguirá su voluntad; y lo mismo se entenderá con los niños y niñas nacidos de cristiana y moro.»
Preguntado el director qué comedias trae consigo, contesta así: «................ famosas De las plumas milagrosas De España; si escuchar quieres Los títulos, estos son: La bizarra Arsinda, que es Del ingenioso Cervantes; Los dos confusos amantes, El conde Partinuples, La española, de Cepeda, Un ingenio sevillano; El secreto, El cortesano, La melancólica Alfreda, Leandro, La renegada De Valladolid.»
Palabra del Dia
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