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Actualizado: 3 de septiembre de 2024
1623, En la primavera y verano de 1623 hubo en Madrid muchas fiestas y representaciones teatrales, por hallarse en ella el príncipe de Gales, que fué luego Carlos I de Inglaterra.
La Reina conservó á su costa estos españoles hasta la primavera del año pasado , en que repasaron los Pirineos... Si nosotros debemos á los italianos las máquinas teatrales ó tramoyas, y la música, también debemos á los españoles sus bellas invenciones poéticas, puesto que nuestras mejores comedias están copiadas de las suyas.»
Triunfó, al fin, el parecer de los últimos, y el Gobierno publicó una ordenanza, cuyas cláusulas y restricciones, que copiamos á continuación, habían de observarse en las funciones teatrales. Decíase en ella: 1.º Que habían de desterrarse de la escena todo linaje de cantos y bailes indecentes. 2.º Que sólo se concedería la licencia para representar á cuatro compañías.
En Madrid había de ordinario dos compañías: una en el teatro de la Cruz, y otra en el del Príncipe . Las ciudades menos importantes disfrutaban de las diversiones teatrales sólo en algunas temporadas, cuando acudían á ellas compañías de actores, contentándose, por lo común, con algunas menos calificadas por el número y el mérito de sus individuos, y formando éstas las distintas categorías antes indicadas, con referencia á Agustín de Rojas.
Un decreto Real, existente en el Archivo de Palacio de Madrid, firmado por D. Luis Oyanguren, con la fecha de 29 de octubre de 1661, encarga al marqués de Heliche de la inspección superior de las representaciones teatrales del Palacio, y al duque de Medina de las Torres de las del Buen Retiro.
Sus momentos de cólera eran teatrales y no duraban sino el tiempo de producir efecto. Se pasó la mano por la frente, sonrió y dijo: Por lo demás, señores, no se llama Jenny Hawkins, sino Juana Baud. He conocido mucho á su madre... La señora de Campistrón se enfadó y repuso con una acritud que impresionó á su altisonante esposo: ¡Mira!
La humedad iba descascarillando y borrando gran parte de esa pintura novelesca que orlaba la ojiva como la portada de un libro; pero Gabriel aún vio la horrible cara del judío puesto al pie de la cruz y el gesto feroz del otro que, con el cuchillo en la boca, se inclina para entregarle el corazón del pequeño mártir: figuras teatrales que más de una vez habían turbado sus ensueños de niño.
Después que los visigodos atravesaron los Pirineos á principios del siglo V, y sujetaron á poco las Españas, no pudieron menos de adoptar la lengua y costumbres de los vencidos, y entre ellas su afición á las diversiones teatrales. No deja de ser importante que estas palabras aludan, sin duda alguna, á espectáculos en que hubo recitación hablada.
Teniendo que sostener su hogar de hombre casado, habrá comenzado allí a escribir comedias para ganar el pan de su familia, no "por su entretenimiento, como otros muchos caballeros de esta Corte", según se alababa de hacerlo en el Proceso; y, en efecto, sabemos que de Valencia enviaba obras dramáticas a directores de compañías teatrales.
A la muerte de Felipe, en septiembre de 1675, sufrió una verdadera crisis, puesto que la representación de comedias, en todo el reino, estuvo prohibida durante todo el tiempo del luto. Verdad es que esta prohibición dejó de regir al año siguiente, y que los espectáculos teatrales se celebraron como antes; pero ni los teatros ni el arte dramático recobraron otra vez su antiguo brillo.
Palabra del Dia
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