United States or Slovakia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Mientras el acompañamiento desfilaba, con lentitud de duelo, por las calles mal empedradas de León, el tren corría, corría, dejando atrás las interminables alamedas de chopos que parecen un pentagrama donde fuesen las notas verde claro, sobre el crudo tono rojizo de las llanadas.

Ella que tenía campo vastísimo en que ejercer su espíritu crítico. Manos a la obra. No debe haber secretos entre los esposos. Esta es la primera ley que promulga la curiosidad antes de ponerse a oficiar de inquisidora. Iban por las alamedas de chopos que hay en Burgos, rectas e inacabables, como senderos de pesadilla.

Saliendo de San-Xavier, se toma un arroyo que serpentea en la llanura por entre alamedas de palmas carondais; y despues de haber andado como dos leguas, se desemboca en un bañado en el cual está el puerto, que solo se distingue por su barraca y por el sin número de embarcaciones amarradas en él: de allí se entra inmediatamente al Mamoré.

La casa de la Conversacion es, sinembargo, mas vasta y curiosa, y ofrece en los jardines y parques que la rodean, como en las calles y alamedas vecinas, y en sus inmensas galerías, repletas de curiosidades artísticas y mil objetos de lujo y capricho en venta, un conjunto mas atractivo, mas agradable y variado que el de la Casa de Conversacion de Báden.

Lejos de eso, me puse a soñar que era el feliz esposo de la princesa Flavia, con la cual habitaba en el castillo de Zenda y me paseaba por las sombreadas alamedas del bosque, todo lo cual constituía un sueño muy placentero por cierto.

Poco después se apeaba ante la ermita de San Antonio de la Florida, y deseoso de que nadie fuese testigo de lo que ocurriera, dijo al cochero que le aguardase, y se internó andando por las alamedas de la Moncloa. La mañana estaba fría, el paseo triste y solitario.

La tarde fría, las alamedas desiertas; llega don Juan, abarca con la vista aquella soledad y piensa: «¡Si viniese ahora mismoDespués anda un buen rato a paso largo para entrar en calor, hasta que aparece Cristeta seguida de la niñera, que trae al pequeñuelo en brazos.

En las apacibles alamedas del huerto suenan gorgeos y risas; sobre el césped pasan como una tromba dos figuras humanas que se persiguen; se bromea, se suelta a los perros para que hagan ruido; se caza a los gatos de la vecindad que se dan las citas amorosas en el molino; se juega al escondite detrás de los montones de heno y de los setos.

La noche era oscura, pero en el cielo relucían millares de estrellas y cantaban los ruiseñores en las alamedas próximas... Era la misma música que en otros tiempos acompañó sus dúos de amor con la señora Miguelina.

La corte se marchó, los cortesanos siguieron a la corte, el Real Sitio se quedó desierto, calladas las fuentes, desiertas las alamedas.