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Actualizado: 5 de mayo de 2025


Quedóse algo asombrada Carmencita de la actitud turbada del que llamaba su hermano; apoyándose en la reja oía cómo se alejaba el caballo de Salvador y pensaba: ¡Es que está malo, de verdad, el padrino! Habían colocado una lámpara sobre la mesa, y don Juan y don Pedro se pusieron a mirar al de Luzmela. Parecía más hundido en el sillón que otras veces y como si los ojos se le hubiesen agrandado.

Turbada y confusa, Nina se escondió en un portal, para ver sin ser vista. ¡Qué desmejorada encontró a Doña Francisca! Llevaba un vestido nuevo; pero de tan nefanda hechura, como cortado y cosido de prisa, que parecía la pobre señora vestida de limosna. Cubría su cabeza con un manto, y Obdulia ostentaba un sombrerote con disformes ringorrangos y plumas.

Y Mauricia, ¿qué tal?...». He aquí a la prójima otra vez turbada y sin saber lo que le pasaba. «Muy bien... pero muy bien... Mauricia contenta...». Agradeció mucho Fortunata que en aquel momento se abriese suavemente la puerta de la alcoba y apareciera la cabeza de Severiana.

Cuando salió el quinto toro, que era para él, se lanzó a la arena ansioso de asombrar al público con sus proezas. Así que caía un picador, tendía él la capa y se llevaba el toro al otro extremo del redondel, aturdiéndolo con una serie de capotazos, hasta que, turbada la fiera, quedábase inmóvil.

Quizá esto fue motivo de que la turbada forastera, después de dudar un momento, dejase al lado de la puerta, plantada en el polvo, su llamativa sombrilla abierta, y se sentara en el extremo opuesto de un banco inconmensurable. Su voz, al comenzar, era ronca. Me han dicho que se va usted mañana a la bahía, y no podía dejarla marchar sin venir a darle las gracias por su bondad para con mi Tomasito.

Finalmente, Me robaron a mi prenda amada, Y allí me pareció que alguna fuente Lloró también y murmuró turbada. Llevaba yo, ¡cuán lejos de valiente! Con rota vaina una mohosa espada; Llegué al árbol más alto, y a reveses Y tajos igualé sus blancas mieses.

Papá ha rechazado ya varios partidos, pero eso no me importa mucho, porque no tengo prisa. Esperaría tranquilamente hasta los veinte años; pero desearía saber si siempre se opondrá a que me case. Pregúntaselo. ¡Ah! ahí está el busilis prosiguió Blanca, algo turbada; te declaro que papá me da miedo, o más bien dicho, me intimida.

«Tengo un recelo le dijo Isidora agitadísima, la voz balbuciente, la expresión turbada y agoniosa . No me has comprendido... Habrás creído tal vez que deseo ser tu querida, que te he propuesto que me compres... No me juzgues mal; yo quiero ser honrada. Si no lo consigo es porque..., te diré... ¡Honrada! , . No me comprendes. me socorres, yo te pagaré..., dinero por dinero.

Y contestando con otra no menor reverencia á la abadesa, mientras la de Lemos callaba verdaderamente turbada por la situación, dijo: ¡Mi señora doña Angela!... Hace mucho tiempo que sólo me llamo sor Misericordia, caballero , dijo la religiosa con acento severo y agresivo. Perdonad, pero yo busco en vos la dama, cuando voy á hablaros del mundo, cuando voy á sacar vuestro pensamiento del claustro.

Había salido aquél y el agente iba a retirarse cuando vio en el corredor la figura de Clara que se asomaba para ver quién era la visita. Sólo venía, señora le gritó desde la puerta , a dar las gracias a su marido por el buen concepto que le merezco... Ha sido una equivocación según creo respondió Clara toda turbada.

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