Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


Los cabellos retintos del joven dejaban caer dos lacios mechones sudorosos sobre la frente, los párpados estaban como aureolados de misterio, y sobre la palidez mate del rostro, el labio acentuaba su carminoso brillo. Casilda llamole: ¡Mi señor! ¡mi señor! La recadera traía malas noticias.

Le había dado a leer algunas novelas francesas que traía, y sobre su argumento y el mérito de los autores departían largamente en la mesa escuchados por los otros que apenas sabían de qué se trataba. Y al cabo de algunos días le propuso hacer su retrato.

En aquella época, como ya mandábamos, apenas si me trataba con el doctor. Le perdimos de vista; no le hacíamos caso. La musiquilla oída al pasar frente a su casa, era lo único que nos le traía a la memoria.

Con el periódico de la tarde, enrollado como un canuto, dábase golpecitos don Pablo en las piernas, mientras comunicaba a su hermana las noticias que traía; primero, las del diario: que el Gobierno va a hacer esto o lo otro, que el oro está a tantos, que el empréstito no cuaja, que el ministro tal se va...

La imagen de Rosa se le representaba triste y dolorida, padeciendo las crueldades de su padre, que, después de lo pasado, serían, a no dudarlo, mucho mayores. Y comenzó a punzarle el remordimiento, particularmente en ciertos momentos, cuando se quedaba solo en casa o la vista de los árboles y las flores le traía a la memoria la hermosa campiña de las Brañas.

Inclinado sobre la caja buscando tipos, ajustando palabras en el cajetín, o distribuyendo letras, su frente solía plegarse con un entrecejo serio de obrero ya machucho: entonces no hablaba y fija la atención en lo que hacía, sus ojos negros adquirían cierta expresión de gravedad cómica: en la calle, corriendo o jugando, con el pelo alborotado, tostada la tez, ladeada la gorrilla, descarado el mirar y rebosando malicia, traía a la memoria los chicos de las antiguas novelas picarescas.

Jacques era de natural tan generoso y confiado, estaba tan acostumbrado desde su temporada en los Genets a la intimidad de Pierrepont con Beatriz, se hallaba tan absorbido en el trabajo gigantesco que traía entre manos, que ni remotamente sospechaba la traición de que venía siendo víctima; pero un ojo por desventura más desconfiado, más penetrante, velaba en lugar del artista desdichado.

Pensando como se ha visto, llegó Bermúdez a su despacho; y manoseando la correspondencia que el ama de llaves había dejado sobre su pupitre mientras andaba él a caza de los secretos de Nieves, topó con una carta que traía el sello de la administración de correos de Villavieja. Alegrose mucho de ello, y se sentó para leerla con toda comodidad, porque prometía, por el bulto, ser bastante larga.

La besó, la abrazó, se la apretó contra el corazón: «Ven, pobrecita: ven, que esos malos te dejaron aquí sola: no estás fea, no, aunque no tengas más que una trenza: la fea es ésa, la que han traído hoy, la de los ojos que no hablan: dime, Leonor, dime, ¿ pensaste en ?: mira el ramo que te traje, un ramo de nomeolvides, de los más lindos del jardín: ¡así, en el pecho! ¡ésta es mi muñeca linda! ¿y no has llorado? ¡te dejaron tan sola! ¡no me mires así, porque voy a llorar yo! ¡no, no tienes frío! ¡aquí conmigo, en mi almohada, verás como te calientas! ¡y me quitaron, para que no me hiciera daño, el dulce que te traía! ¡así, así, bien arropadita! ¡a ver, mi beso, antes de dormirte! ¡ahora, la lámpara baja! ¡y a dormir, abrazadas las dos! ¡te quiero, porque no te quieren

Miá , fantasioso replica Mijotes, que no estaba muy distante del jaque, si se dijo que la mi Corva le traía, por algo se dijo.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando