Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de julio de 2025


Como de costumbre, el portero negro que guardaba la puerta de la verja de hierro que rodeaba el jardín, le dio paso franco sin sonar la campana, porque estaba industriado y al corriente de todo y sabía bien su oficio.

A pesar del ambiente diabólico que rodeaba su nombre, las tripulaciones lo recordaban con envidia en las grandes calmas, cuando el galeón permanecía inmóvil semanas enteras en un mar como un espejo, sin el más leve soplo de brisa.

Su talla resultaba airosa, aunque inferior a la media, y su rico traje andaluz le dejaba ver en toda su elegancia. Se desató el pañuelo rojo que rodeaba su cabeza, escapándose un bosque de cabellos que casi cubrieron su cara; sus grandes ojos brillaban con un dulce brillo.

Habría esperado á Valeria, que regresaba de su almuerzo. Debían estar los dos desde mucho tiempo antes en la penumbra de este rincón, insensibles á lo que les rodeaba, sordos á los comentarios de la gente. El, vuelto de espaldas al príncipe, no pudo verle.

La primogénita de los señores de la casa, como de costumbre, no tomaba parte en el juego. Estaba sentada al lado de su madre totalmente abstraída de lo que la rodeaba, con los ojos fijos en el vacío. Por su rostro un poco marchito, pero siempre hermoso, se esparcía una intensa y singular palidez, y todo su cuerpo ofrecía señales de inquietud y zozobra.

«¡Bendito Dios!... Si parecen caníbales... No nos toquéis... La culpa no tenéis vosotros, sino vuestras madres, que tal os consienten... Y si no me engaño, estos dos gandulones son tus hermanos, niña». Los dos aludidos, mostrando al sonreír sus dientes blancos como la leche y sus labios más rojos que cerezas entre el negro que los rodeaba, contestaron que con sus cabezas de salvaje.

Sumido en su tristeza, agarrotado por la tranquilidad que ahora le rodeaba y que temía romper, débil y sin voluntad, encontraba un consuelo pensando que la solución preparada por su madre era la mejor. Su amistad con Leonora se había roto para siempre.

Pero bien pronto conoció que iban á faltarle las fuerzas; sintió en el costado un dolor atroz, nublóse su vista y haciendo un esfuerzo supremo se inclinó sobre el cuello del caballo, lo estrechó fuertemente entre sus brazos y cerró los ojos, casi insensible ya á cuanto le rodeaba. Nunca supo Roger lo que duró aquella carrera desenfrenada.

Tras ellos se veía otra sección de la antigua fortaleza, y después de ésta, separada por un ancho y profundo foso que rodeaba también los antiguos edificios, hallábase una hermosa quinta moderna, mandada construir por el difunto Rey y que al presente era la residencia de campo del duque de Estrelsau.

El ingeniero se mostraba triste y desalentado, como todo lo que le rodeaba. Lo único que conseguía hacerle sonreir con una expresión melancólica era el nuevo aspecto de Watson su socio.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando