Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 16 de junio de 2025
Impresionado por su acento, el joven experimentó una vaga inquietud. ¿Había su tía adivinado su secreto? ¿Desaprobaba su conducta? ¿Tienes algo que reprocharme, tía Liette? balbució confuso. Liette hizo un gesto de orgullo. ¿A ti? No, hijo mío; mis razones son enteramente personales. No me las preguntes... por el momento. Asombrado, Carlos se inclinó discretamente.
Me arrepiento sinceramente de ello; ésa es la única falta que tengo que reprocharme; y por eso es que imploro vuestro perdón. ¡Perdón! ahora veremos. ¿Permaneció mucho tiempo Federico con Elena? Dos o tres minutos, señora. Tanto tiempo, ¿y qué le dijo? No lo sé, señora. ¿Y ella no os llamó? Creo que sí, señora, pero yo no la oí. ¡Hipócrita, no le oisteis y estabais a diez pasos de distancia!
Mi nueva hija vestía con toda la seriedad y elegancia imaginables; llevaba un magnífico vestido de muselina bordada, y un riquísimo velo de encaje que la cubría casi por completo; imposible imaginar otra presencia tan llena de dignidad, de gracia y de modestia. ¡Qué modales tan elegantes y tan llenos de naturalidad!... Yo estaba afectadísima y no me es posible referir todo lo que pasó por mí al ver llegado para mi hijo el momento más solemne e importante de su existencia; he rogado a Dios con mucho ardor, pero debo reprocharme, como me reprocho todavía, el no haber rogado lo bastante; ¿cómo puede una madre dar gracias suficientes por las alegrías de su corazón, cuando llega a tocar para su hijo el colmo de cuanto podía desear?
Semejante aviso me pareció absurdo y me hizo dudar de todo. »Sin embargo, para no tener nada que reprocharme, envié a buscar a mi esposo. A pesar de ser ya más de media noche, el Conde estaba fuera todavía. Ordené que me llamasen a su vuelta. Pero el Conde no regresó al castillo en toda la noche. »La inquietud se apoderó de mí, y apenas amaneció hice que fueran en su busca.
Es necesario que hagas matar algunos pollos para la comida y que pongas a refrescar el moselle. El primo Roberto ha llegado. ¡Ah! dije con mucha calma. ¿Dónde está? En el gabinete de tu padre conversando con él. ¿Y dónde está Marta? pregunté con una sonrisa. Ella me dirigió una mirada de censura como para reprocharme mi demasiada sagacidad; después dijo: Está con ellos.
Cierto es que sin usted hace tiempo que me hubiese muerto; pero si usted me ha salvado ha sido sin querer, y la prueba mejor es que acaba de reprocharme el aire que respiro. ¿Ha sido usted la que me dio por esposa al conde de Villanera? Es posible. Pero me eligió usted porque me creía condenada a muerte sin remedio. Por eso no le debo ninguna gratitud. Ahora, ¿qué puedo hacer para serle útil?
Luego volvía diciendo, como si verdaderamente fuera enamorado: ¡Oh princesa Dulcinea, señora deste cautivo corazón!, mucho agravio me habedes fecho en despedirme y reprocharme con el riguroso afincamiento de mandarme no parecer ante la vuestra fermosura. Plégaos, señora, de membraros deste vuestro sujeto corazón, que tantas cuitas por vuestro amor padece.
Ya sé yo que él puede hacerse, a pesar mío, con cuantos libros quiera, pero al menos no deberé reprocharme el haberle dado autorización para leerlos y menos proporcionárselos.
Lo comprendí y me marché a casa para saladar a la Marquesa de Oreve. La señora de Grevillois, que estaba al lado de la ventana trabajando activamente en su bordado, me interpeló al pasar para reprocharme graciosamente que dejase sola a Luciana.
Aunque tu experiencia no te aprovechara a tí, ha aprovechado a tu hijo, a quien quieres más que a tí misma... ¡Y no puedes reprocharme que te aconsejara mal por malicia o mala voluntad! Te aconsejé como pude y como supe. Si me equivoqué, merezco tu perdón.
Palabra del Dia
Otros Mirando