Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de noviembre de 2025
El dolor había trastornado a la esposa, haciéndola olvidar sus rencores. Muchas veces su llanto era de remordimiento, pues se creía autora inconsciente de aquella desgracia. ¡Yo tengo la curpa, lo sé! decía con desesperación al Nacional . Repitió muchas veces que ¡ojalá lo cogiese un toro, pa acabar de una vez! He sido muy mala: le he amargao la vida.
Perdí un hijo, y sólo puedo acordarme de él con remordimiento; me inventé otro, y me lo has quitado. Luego, como si se quejase contra algo superior que había regido sus destinos, añadió: ¡Qué suplicio!
Y la actitud de Roberto Vérod era la de un culpable: inclinada la frente, una mano en el pecho, parecía doblegarse bajo el peso de la reprobación de los demás, de su propio remordimiento. ¿Nada dice usted? ¿No reconoce usted la justicia de mis razonamientos?
Currita comprendió el terrible reproche que esta intencionada observación encerraba, y sin tiempo para reflexionar, y convirtiendo en ira contra los demás el propio remordimiento, achaque común de todos los mezquinos, olvidóse de su suavidad y mansedumbre, y se revolvió furiosa, como una gata arisca a que pisan el rabo; en la impetuosidad de su ira, cometió la imprudencia de disculparse: ¿Y qué tengo yo que ver con eso? gritó . ¿Acaso le he dicho yo que se bata? ¿Quién le mandó meterse en camisa de once varas?... También el papel de don Quijote tiene sus quiebras, hija mía...
Si creyéndola víctima de la crueldad del otro, le había dado toda la compasión de que su corazón era capaz, ¿no debía, cuando ya el voluntario sacrificio la había rehabilitado, darle una compasión más ardiente aún, la compasión aliméntala por el remordimiento? Toda la seguridad de los juicios se volvía entonces en su contra. ¿Quién era él, que pretendía condenarlo?
» ¿Y cuándo partes? preguntó Magdalena con una emoción que no pudo ocultar. » Dentro de breves momentos. Ya hemos dado orden de que enganchen. »Magdalena, impulsada por el remordimiento, por la gratitud, o quizás a la vez por ambas cosas, abrió entonces sus brazos a Antoñita y las dos primas se abrazaron con efusión.
Mi mujer me miraba con cierta maravilla, al observar la séria importancia que yo daba á un accidente tan pasajero; pero yo estaba herido por una especie de remordimiento, y no pude menos de proseguir: si aquella mendiga no hubiese perdido, como el hábito horrible de la miseria, la justa apreciacion de su decoro, si no hubiese sacrificado su dignidad al embrutecimiento que sigue siempre al desamparo y á la abyeccion; si con la sensibilidad de su cuerpo no hubiese perdido la sensibilidad de su conciencia; si aquella infeliz vieja viviese para la vida del espíritu, como vive para la vida del abandono, seguramente hubiera despreciado la donacion de mi soberbia, la jactanciosa caridad de mi egoismo; seguramente hubiera despreciado una limosna que no escucha un ruego natural; que da dos monedas, y camina ufana porque ha sido altanera y cruel.
Paso a paso volvía la salud a enseñorearse del cuerpo siempre hermoso de Ana Ozores. Y con algo de remordimiento de conciencia, sentía de nuevo apego a la vida, deseo de actividad. Llegó un día en que ya no le bastó vegetar al lado de Frígilis, viéndole sembrar y plantar en la huerta y oyendo sus apologías del Eucaliptus.
Bien fuese por lástima, bien por remordimiento, él sufría y no podíamos menos de compadecerlo.
Hacía memoria, igualmente, de todas las fiestas á que había asistido pasando con indiferencia ante una gran mesa llena de jarros y botellas... Y yo me decía, perturbado por la fiebre, sin dejar de marchar: «Si entonces hubieses tomado todos los bocks de cerveza, todos los refrescos gaseosos, todos los helados que te ofrecieron y tú despreciaste, tendrías ahora en tu cuerpo una reserva líquida importante, pudiendo resistir mejor la sed.» Y este cálculo absurdo me atormentaba como un remordimiento, hasta el punto de sentir deseos de abofetearme por mi torpeza.
Palabra del Dia
Otros Mirando