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Actualizado: 25 de septiembre de 2024
Profesábanse gran cariño las dos hermanas; pero esto no impedía que algunas veces Amparo esgrimiese su carácter burlón contra Concha y ésta sacase a luz su impetuosidad iracunda; conflictos que terminaban siempre yendo la pequeña en busca de la mamá, llorando, con la mejilla roja de un bofetón o un par de pellizcos en los brazos.
No son las pasiones tan temibles cuando se presentan como son en sí, dirigiéndose abiertamente á su objeto, y atropellando con impetuosidad cuanto se les pone delante.
Disminuye la sensibilidad en las neuralgias, calma la impresionabilidad general y hace menos graves los inconvenientes que resultan del abuso del café y de los paliativos narcóticos; disipa la fiebre, el calor, la cefalalgia, los movimientos espasmódicos, las odontalgias, la opresion de estómago y las diarreas, cuando estos padecimientos son debidos á grande incomodidad moral, y particularmente si proceden de afectos tristes y contrariantes, y cuando el despecho que resulta ha podido desahogarse por la cólera, ó un arranque de impetuosidad.
Hé aquí el boceto. Dos fuentes riquísimas en escultura y agua, circuidas por una especie de celaje de polvo, porque tal es la impetuosidad con que el agua brota: en medio de las fuentes, un obelisco egipcio colosal: en torno á la plaza, grandes pedestales con las estátuas de las principales ciudades del reino, sembradas todas las distancias por gruesas farolas de bronce: hácia adelante, el Paris de la otra orilla del Sena, con su aspecto feudal, sus palacios que parecen castillos, sus casas y sus árboles corpulentos y verdes: hácia atrás, los dos palacios que limitan lateralmente la calle Real, y en su fondo el gran templo de la Magdalena, circuido de suntuosas columnas estriadas: á la izquierda, el jardin de las Tullerías, dividido por una verja, coronada á intérvalos de águilas doradas, entre dos pedestales que sostienen caballos de mármol; luego un surtidor del jardin que arroja el agua á la altura de un cuarto ó quinto piso, formando mil ondulaciones caprichosas á impulsos del viento; despues varias calles de árboles simétricos, á través de otras fuentes, hasta cerrarse el horizonte con la fachada del palacio imperial, corriendo una extension de novecientos á mil pasos: á la derecha, los campos Elíseos, por entre cuya hilera de árboles se dilata la vista, hasta detenerse en el arco triunfal de Napoleon, creacion enorme de la riqueza y del entusiasmo.
En Roma aprobaron todo lo hecho por el cardenal, y Su Eminencia rugía de júbilo en su palacio, con la fiera impetuosidad que mostraba en todas sus expansiones. Los canónigos, al entrar en el coro, iban con la cabeza baja, como avergonzados y temerosos. Pero ¿ha visto usted...? se decían al desvestirse en la sacristía.
Aquí se eslabona insensiblemente el lema de este capítulo: «Es el hombre de la naturaleza que no ha aprendido aún a contener o a disfrazar sus pasiones, que las muestra en toda su energía, entregándose a toda su impetuosidad.» Ese es el carácter del género humano y así se muestra en las campañas pastoras de la República Argentina.
Cuando el gaitero y el tamborilero desmayaban, hacía qué sus criados les sirviesen vino; y algunas veces también corría al sitio donde se hallaba Celso y disparaba en su lugar algunos cohetes con tal precipitación que no andaba lejos de abrasarse y abrasar á los que estaba cerca. Porque era extraña y sorprendente la impetuosidad que aquel caballero imprimía á sus movimientos.
Una violenta expresión de ira se pintó en el rostro de la señora al oír este nombre; volvióse bruscamente hacia una joven que la acompañaba, y exclamó con más impetuosidad que prudencia: Pero, ¿has visto?... ¡Si esto clama al cielo!... ¡Pícara madre! ¡Pícara madre!... Mientras este ángel llora, estará ella escandalizando a Madrid como acostumbra.
De esto a pensar que trabajaban secretamente para ello no había más que un paso y con su habitual impetuosidad Tristán lo dio inmediatamente. ¡Claro! Los títulos nobiliarios ejercen siempre fascinación sobre los plebeyos. Era necesario vivir prevenido. Lo estaría. Cuando se hubieron cansado de valses y mazurcas, salieron al patio.
Yo no puedo figurarme que tengo otro padre que el mío dijo Eppie con impetuosidad, saltándosele las lágrimas de los ojos . Mi sueño ha sido siempre tener un pequeño hogar en el que él estaría sentado junto al fuego, mientras que yo trabajaría y haría todo lo necesario por él. No puedo imaginarme otra casa más que la nuestra. No he sido criada para ser una dama y no puedo acostumbrarme a esta idea.
Palabra del Dia
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