United States or Eswatini ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Si se deja continuar este espectáculo subversivo, si no se le pone remedio, el llamado «partido masculista», insignificante y ridículo en el presente, crecerá hasta convertirse en una gran fuerza; los hombres querrán llevar pantalones, y nosotros, las mujeres que somos senadores, guerreros, funcionarios, en una palabra, todos los que desempeñamos un cargo público ó contribuímos á la buena marcha del Estado, todos los que somos cabeza de una familia, tendremos que vestirnos con faldas.

Os ruego, señor dijo el padre Aliaga , que mandéis al tío Manolillo avise al sumiller que no deje pasar á nadie, absolutamente á nadie, ni aun al mismo duque de Lerma. Ya lo oyes, obedece dijo el rey. ¿Qué será esto? dijo el tío Manolillo yendo hacia la puerta ¡apoderado de ese imbécil el padre Aliaga, y en consejo conmigo! ¿qué querrán? ¿sabrán algo? ¡veremos!

Que hay muchos retazos de monte y rio, y la distancia será de cerca de 40 leguas: y que todo se ha de vencer á fuerza de armas; pues, aunque no hagan frente formal los indios, harán emboscadas y avances de noche, ó la multitud puede obligarles á presentar batalla formal: y así, que considera ser convenientes mil hombres, atendiendo tambien á no saberse con certidumbre si estos españoles querrán entregarse ó mantenerse allí con el dominio que han establecido.

Una mujer alta, rubia, limpia, de gorra planchada y encañonada, acudió solícita a la puerta, apresurándose a dar el maletín de Artegui a un mozo. Los señores querrán una habitación murmuró en francés con su voz melosa y complaciente. Dos contestó Artegui lacónico. Dos repitió ella en español, si bien con acento transpirenaico . ¿Y las quierren los señoress cuntas? Independientes del todo.

La estación de pesca apenas ha comenzado y no tenemos aún más que la décima parte de la carga. ¡Sigámosles, tío! exclamó Cornelio. ¿A quiénes? ¿A los ladrones? Y ¿por qué no? ¿Vais a volver a Timor con esas pocas olutarias, mientras podemos pescar diez veces más? Yo opino lo mismo dijo Hans . Aprovechemos los momentos para seguirlos. Pero ¿querrán venir con nosotros los chinos?

Mas vms., señores, no se querrán comer á sus amigos; y creen que van á espetar á un jpsuita en el asador, miéntras que el asado es vuestro defensor, y enemigo de vuestros enemigos. Yo soy nacido en vuestro mismo pais; este señor que estais viendo es mi amo, y léjos de ser jesuita, acaba de matar á un jesuita, y se ha traído los despojos: este es el motivo de vuestro error.

Bien; pues ellos no nos querrán a los demás, pero los demás bien nos valemos sin ellos.... Para comer yo no les he de pedir. Y el hijo, si me quiere decir algo, ha de ser con el cura de la mano, que si no.... Echose a reír la Comadreja y le citó ejemplos dentro de la misma Fábrica: ¿qué les había sucedido a Antonia, a Pepita, a Leocadia?, y eran las que más hablaban y más cosas decían.

Simoun dispuso sobre la mesa las dos maletas que traía: la una era algo más grande que la otra. Ustedes no querrán alhajas de doublé ni piedras de imitacion... La señora, dijo dirigiéndose á Sinang, querrá brillantes... Eso, señor, brillantes y brillantes antiguos, piedras antiguas, ¿sabe usted? contestó; paga papá y á él le gustan las cosas antiguas, las piedras antiguas.

Pero si no quieres ayudarnos, tampoco querrán los de Fresnedo apuntó Quino. Yo hablo por . Los demás que hagan lo que les parezca repuso Nolo alzando los hombros con desdén. Guardaron silencio los enviados. Al cabo, profundamente tristes, se vieron obligados á despedirse. Antes de partir, Nolo les ofreció otro vaso de sidra que bebieron pensativos y callados.

Con estas razones acabó don Quijote de cerrar el proceso de su locura, y más con las que añadió, diciendo: -Sabe Dios si quisiera llevar conmigo al señor don Lorenzo, para enseñarle cómo se han de perdonar los sujetos, y supeditar y acocear los soberbios, virtudes anejas a la profesión que yo profeso; pero, pues no lo pide su poca edad, ni lo querrán consentir sus loables ejercicios, sólo me contento con advertirle a vuesa merced que, siendo poeta, podrá ser famoso si se guía más por el parecer ajeno que por el propio, porque no hay padre ni madre a quien sus hijos le parezcan feos, y en los que lo son del entendimiento corre más este engaño.