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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Pues yo no los veo. No importa; ellos nos han visto dijo el Capitán, que se había quedado pensativo. ¿Y temes que nos ataquen? Ahora, no; pero temo por los chinos. Como sepan que hay australianos caníbales en la playa, no querrán desembarcar. Capitán Van-Stael, ¿habéis oído? dijo el viejo marino que había entregado a un chino la caña del timón. Sí, viejo mío; pero no renunciaré a la pesca.
Lo único que de esto dedusco es, que hay Portugueses en una ú otra banda del rio Paraguay, ó en las dos: si están en las orillas del rio Mbotetey ó del Tacuary, esto es, por la latitud de 19° 30', como es probable, para asegurar su navegacion hasta Cuyabá, no hay que decir; pueden poblar allí, segun sus tratados, como no sea en la orilla del rio Paraguay: si están establecidos en el Chaco y, como se puede sospechar, en la Sierra de San Fernando, que tiene indicios de minas de oro y diamantes, y su establecimiento es posterior al tratado, no pueden permanecer segun este; pero si lo estan anteriormente, querrán defender su posesion, diciendo que cada Corona debe quedar con lo que poseia antes de dicho tratado, y V. E. juzgará la fuerza de esta razon.
...Y á estas horas gritarán de entusiasmo lo mismo que los de aquí, creerán de buena fe que van á defender su patria provocada, querrán morir por sus familias y hogares que nadie ha amenazado. ¿Quiénes son esos, Tchernoff? preguntó Argensola. Le miró el ruso fijamente, como si extrañase su pregunta. Ellos dijo lacónicamente. Los dos le entendieron... ¡Ellos! No podían ser otros.
Las que la tienen, no me querrán a mí que no puedo ofrecerles más que lo que ellas poseen ya, esto es, un nombre. Por eso me he fijado en una que carezca de él y tenga dinero. Está bien pensado. Aunque sea transigiendo un poco, debemos salvar nuestros nombres de la ignominia.... Pero Esperanza es una niña excelente. Se ha educado ya entre nosotros. Será una dama cumplida que te honrará.
Antes de que Ponte le contestara, prosiguió diciendo: «Yo sé que usted es amigo de la familia, y que habla con Doña Obdulia... Y a propósito: Doña Obdulia, o su señora madre, ahora que son ricas, querrán sacar título. Yo que ellas lo sacaría, siendo, como son, de la Grandeza de España. Pues que no se olvide usted de mí, Sr. de Ponte... Aquí tiene mi tarjeta.
¡Vamos, Jacobito!... ¡Si conoceré yo a los cojos en el modo de andar!... Te digo... ¡Si sabré yo el lino que cardo, Jacobito!... Creo lo que quieras, pero yo... ¿Si querrán los pollos engañar a los recoveros?, pichón dorado... Mira niño: ni tú tienes vergüenza, ni yo tampoco; pero para ser pillo, lo primero que se necesita es talento, y cuando tú vas, ya estoy yo de vuelta. ¿Estamos?...
Usted también está enferma murmuró Julio. Y mientras la iba observando, el sufrimiento de Laura se comunicaba a su semblante. Hoy Adriana no está, dijo ella. Hace días que tampoco viene... Ojalá llegara... ¿Por qué, Laura? ¡Se querrán ya tanto, usted y ella! Era la primera vez que Laura, hablando con Julio, aludía a esta pasión.
Con el propósito firme de subirme a él cuando el casco acabara de hundirse, miré aquel árbol orgulloso en que flotaban trozos de cabos y harapos de velas, y que resistía, coloso desgreñado por la desesperación, pidiendo al cielo misericordia. Marcial se dejó caer en la cubierta, y luego dijo: «Ya no hay esperanza, Gabrielillo. Ni ellos querrán volver, ni la mar les dejaría si lo intentaran.
No te querrán tanto como yo, pero sí un poquito menos... Me estoy muriendo... qué sé yo qué tengo... La medicina esa... yo la tomaría... ¿dónde está?... ¡Encarnación!... Pero si ha ido abajo... Parece que me voy en sangre... Hijo mío, Dios me quiere separar de ti; y ello será por tu bien... Me muero; la vida se me corre fuera, como el río que va a la mar.
Espero que la señora de Chanzelles y su mamá de usted, querrán permitirme que me presente en sus casas a mi regreso a París. El pesar que llevo por mi partida, sería demasiado cruel si no me acompañase la esperanza de volver a verlas pronto. Diana se sonreía todavía de esta galante declaración, cuando la señora Aubry de Chanzelles apareció en la terraza con su hija.
Palabra del Dia
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