United States or Cyprus ? Vote for the TOP Country of the Week !


En fin, por ahora seguiré tu consejo. Sin embargo, a pesar de esto, quiero resueltamente que me digas dónde vivís; yo no pareceré por allí, pero necesito saberlo. Y vive tranquila; lo que a ti te trae cuenta es estar a bien conmigo. Conque habla, pimpollo.

Para filósofo, menospreciador del mundo y de sus pompas vanas, hubiera hecho mejor en no casarse con un pimpollo como . ¿Qué quieres? ¡Me amaba tanto! ¡Lástima fuera que no te amase! ¿A quién no infundirás amor? , sin embargo, agradecida... No sólo agradecida..., enamorada también... Conque, ¿le amabas mucho? Y le amo todavía.

Durante la misa que esta mañana he oído en la capilla del establecimiento, sólo veía los hermosos cabellos rubios de mi hijo en medio de aquella multitud de cabecitas puras como las de un ángel. ¡Qué sensible es, Dios mío, haber de abandonar a manos mercenarias el tierno pimpollo de nuestro corazón! Al salir de la iglesia he experimentado una profunda melancolía.

Porque es de saber que aquéllas la encontraban ordinaria hasta el extremo, una verdadera moza de cántaro, y se reían de su encogimiento y rudeza; pero éstos la consideraban un bocado exquisito, un pimpollo, y chasqueaban la lengua y ponían los ojos en blanco siempre que de la niña de Moscoso se hablaba.

Era nuestro barón hijo único y mimadísimo por su mamá, que vivió en éxtasis delante de él desde el momento en que abrió los ojos a esta pícara vida; tiernamente hubo de sonreír aquella buena señora al saber las primeras calaveradas de su niño, contribuyendo por su parte; con laudable empeño, a hacer de su pimpollo el insoportable señorito que retratando vamos.

No, mi niño no es un fenómeno; mi niño no es el Anticristo dijo Isidora oprimiendo contra su garganta aquella cabeza, mayor de lo conveniente, pero muy hermosa. Te digo que este chico ha venido al mundo para alguna tremolina. ¿Ves esa cabeza? ¡Pues dentro debe de traer una cosa...! Hija, tu pimpollo es cosa mala. No diga usted disparates.

Yo te descubriré un nuevo mundo en tu alma, te haré ver mil asombrosas maravillas que hasta ahora no has conocido, aunque de todas ellas has de tener una idea confusa, una idea vaga. ¿No sientes en tu pobre alma?... ¿cómo te lo diré?, el brotecillo, el pimpollo de una virtud que es la más preciosa y la madre de todas, la humildad, una virtud por la cual gozamos extraordinariamente ¡mira qué cosa tan rara!, al vernos inferiores a los demás?

Tarsila, Obdulia, Visitación, otro pimpollo que se escapaba por el balcón en compañía de su novio, la misma marquesa de Vegallana, sus hijas, sus sobrinas de la aldea, todo Vetusta, la de clase inclusive, salía allí a la vergüenza, en aquella venganza solitaria de las dos señoritas incasables de Ozores.

Y salió la joven de su cuidado, dando a Pablo Aquiles un niño que era un pimpollo, con una cabezota tal, que los tíos declararon unánimemente que allí debía estar encerrado todo el talento del mundo.

Los dulces nombres de pimpollo, remono, angelito, y otros que me prodigó con toda largueza, no me hicieron sonreír. Subí, y todos estaban en movimiento. a mi amo que decía: «¡Ahí está! Gracias a Dios». Entré en la sala, y Doña Francisca se adelantó hacia preguntándome con mortal ansiedad: «¿Y D. Rafael? ¿Qué ha sido de D. RafaelPermanecí confuso por largo rato.