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Actualizado: 14 de junio de 2025


Cuentan que iban sentados a la mujeriega en sus sillas de montar, hablando de la guerra que hacen en el bosque las serpientes al león, y de una mosca venenosa que les chupa la piel a los bueyes hasta que se la seca y los mata, y de lo lejos que saben tirar la azagaya y la flecha los cazadores africanos; y en eso estaban, y en calcular cuándo llegarían a las tierras de Tippu Tib, que siempre tiene muchos colmillos que vender, cuando salieron de pronto a un claro de esos que hay en África en medio de los bosques, y vieron una manada de elefantes allí al fondo del claro, unos durmiendo de pie, contra los troncos de los árboles, otros paseando juntos y meciendo el cuerpo de un lado a otro, otros echados sobre la yerba, con las patas de atrás estiradas.

Cuando es plenilunio, entro en el boscaje, de ensueños poblada la imaginación, y bajo la sombra del tibio follaje me siento muy niño, más cerca de Dios. Es la confidente de mis hondas cuitas la luna que argenta mi amado jardín, y me habla de aquellas prestigiosas citas que tuve con ella en un mes de Abril. Los recios flabelos de los cocoteros meciendo mi sueño, cantan sin cesar.

Y tomando el cuchillo por el cuerno, picóle con la punta y asomándole a las narices, trayéndole en procesión por la portada de la cara, meciendo la cabeza dos veces, dijo: -Conforta realmente, y son cordiales. Que era grande adulador de las legumbres.

Pero se le grabó de tal modo aquella última mirada lanzada sobre la esposa detestada que, diez y seis años después, cada uno de los rasgos de la fisonomía marchita estaba aún presente en su espíritu, cuando contó en todos sus detalles la historia de aquella noche. Se volvió inmediatamente hacia la estufa, donde Silas Marner estaba meciendo a la niña. Ahora estaba muy tranquila, pero no dormía.

Se trataba del relato lúgubre de las hazañas de la Aretusa, navío de 74 cañones, cantado en tono menor, cuya melodía terminaba con un estribillo prolongado al fin de cada estrofa. Era de ver a Jack meciendo en sus brazos a La Suerte con el movimiento de un buque y entonando esta canción de sus tiempos de fidelidad.

El mar, con sus olas cambiantes como sus ojos de usted, y de voz grave como la suya, meciendo mi dolor al ritmo de sus ondas me ha dicho «Esperanza». Santa Ana, testigo mudo de nuestros esponsales, parece que me sonríe y que murmura «Confianza». El verde campo, dormido bajo la caricia del sol, el beso de la brisa y la canción de sus nidos, me ha suspirado «Amor». Y todos me han gritado ¡«Anda»!

¡Oh, esas campanas de los pueblos, modestas como los viejos campanarios que las sustentan, de sonido ligero y límpido como la atmósfera de los bosques en que vibra, cristalino y cantante como los riachuelos encima de los cuales se para un momento, inmenso es el encanto que desparraman por los solitarios campos... meciendo con pacíficos ensueños el espíritu de quienes lo escuchan!... Sea joven o viejo, esté triste o alegre, aquel hasta cuyos oídos llega el dulcísimo son se siente conmovido en lo más hondo y le parece elevarse por encima de las miserias terrenales... Despiertan en el corazón no se sabe qué de un gran frescor matinal y cándido: es el acompañamiento amistoso de nuestros ensueños, de nuestros deseos, de nuestras añoranzas... intensificándolas todavía.

En el altar mayor, sobre su cuadrada carroza, estaba la famosa custodia ejecutada por el maestro Villalpando: un templete gótico, primorosamente calado, que brillaba con el temblor del oro a la luz de los cirios, y de labor tan sutil y aérea, que al menor movimiento estremecíase, meciendo sus remates como manojos de espigas.

Al pasar cerca de los lavaderos en que la Fleurota le había tan brutalmente revelado su triste paternidad, apretó el paso y volvió hacia otra parte los ojos... Llegó con esto cerca del pueblo y se detuvo un momento junto al estanque inmóvil en cuyas aguas el sol del ocaso ponía irisados reflejos; dormía taciturna el agua en medio de los espesos cañaverales que el viento agitaba suavemente, meciendo con aires de compasión sus blancos penachos.

Palabra del Dia

deshice

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