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Actualizado: 26 de mayo de 2025
Pepe había dicho claramente a Paz la situación de su familia; que su padre era un antiguo y modesto funcionario de Hacienda; que él tuvo que abandonar la carrera por falta de recursos para seguirla, ateniéndose a un empleo concedido casi por caridad; pero no pasó adelante: nada dijo de la imprenta, del apoyo de Millán, de las galeradas, ni de sus tareas de jornalero.
Era el malestar moral, la protesta contra los caprichos de la Fortuna que acababa de pasar por allí, á la vista de todos, tocando á algunos y volviendo la espalda á los demás. El explotador de la mina había sido jornalero al lado de muchos que ahora eran sus peones; al dueño de la fábrica lo habían conocido los trabajadores casi tan pobre como ellos.
Y el jornalero del campo que, mal alimentado con bazofia, sudaba bajo el sol, sintiendo la proximidad de la asfixia, al detenerse un instante para respirar en esta atmósfera de horno, se decía que era mentira la fraternidad de los hombres predicada por Jesús, y falso aquel dios que no había hecho ningún milagro, dejando los males del mundo lo mismo que los encontró al llegar a él... Y el trabajador vestido con un uniforme, obligado a matar en nombre de cosas que no conoce a otros hombres que ningún daño le han hecho, al permanecer horas y horas en un foso, rodeado de los horrores de la guerra moderna, peleando con un enemigo invisible por la distancia, viendo caer destrozados miles de semejantes bajo la granizada de acero y el estallido de las negras esferas, también pensaba con estremecimientos de disimulado terror: «¡Cristo ha muerto, Cristo ha muerto!»
No exige cava, ni arado, ni abono, y con solo el indispensable desbrozamiento que necesariamente ha de hacerse en campos que continuamente están en producto, se comprenderá la riqueza de este filamento. El jornalero dedicado á las faenas de la extracción del abacá, no recibe salario, compartiendo el producto con el propietario.
Poco es en efecto repliqué yo. ¿Pero á esa gente no se la vigila? ¿Por qué no se la reglamenta? Tá, tá, tá, dijo mi amigo, y al vigilante, ¿qué le importa que trabajen ó no? ¿Es suyo el camino? No, ¿pues entonces? ¿Sientes á nuestra espalda el ruido de la cuchilla del beneficiador de abacá, ó sea el jornalero que paga el particular?
Verdad es que luego, cuando se casan, no sucede, como en otras partes, que la mujer sigue sirviendo, trabajando y afanando. Aunque sea el novio un miserable jornalero, procura que su novia, no bien llega a ser su mujer, salga de todo trabajo, no vuelva a escardar ni a coger aceituna, y sea en su casa como reina y señora.
Juana Pons, viuda de José Palmer, de oficio jornalero, natural de la villa de Artá, en esta Isla, vecina de esta Ciudad, de edad de cuarenta años, presa por sortílega, herética, supersticiosa y embustera. Salió al Auto con coroza y vela verde en las manos.
Mientras tanto, el jornalero, el honesto jornalero de brazo nervudo y de tórax fuerte y levantado como su conciencia, sale para el trabajo, dejando en su modesto hogar a la compañera en la sencilla labor de cada día, y, en el divino sueño de la infancia sana, los hijos de la salud y el amor.
Eso... ¡Ay, me puse mala cuando leí esa obra, de la gran impresión que me produjo! Se identificaba usted con los personajes, y vivía la vida de ellos. Exactamente. Lo mismo me ha pasado con María o la hija de un jornalero...».
Mas grande que en el triunfo en tu caida Tu sacrificio el cielo consagró: Tu sangre ha sido el riego de la vida Que fecundó la libertad ¡Adios! En mi sepulcro encomendarte quiero Las prendas que aquí deja el corazon: Algo debes ¡oh patria! al jornalero Que en tus mieses jamas se alimentó.
Palabra del Dia
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