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Actualizado: 24 de junio de 2025
Nucha, con andar automático, salió del retrete formado por el biombo y se acercó a la ventana, haciendo seña a Julián de que la siguiese. Y, demudados ambos, se contemplaron algunos minutos silenciosamente, ella preguntando con imperiosa ojeada, él resuelto ya a engañar, a mentir.
Creyó D. Valentín leer en ella el más profundo desdén, como si le acusase de una humillación estólida, de una bajeza infame; y creyó ver, al mismo tiempo, la ira y la prohibición imperiosa de que llevase á cabo lo que se había lanzado á ejecutar. El terror sobrecogió de tal suerte el ánimo de D. Valentín, que se paró, se quedó inmóvil de súbito, como si se hubiera convertido en piedra.
El secretario era un joven de veinticuatro a veintiséis años, pálido, rubio, en cuyo cerebro abultado de feto no cabían más ideas que la de la importancia colosal del Duque, y la necesidad imperiosa de llegar a ser un personaje, si no de tanta cuenta, lo bastante para tener también secretario. Fuera de esto, el mundo no tenía explicación para Cosío, que así se llamaba.
La de Ribert le echó una mirada escandalizada al verla sentarse con las piernas cruzadas, postura con que la incorregible Francisca se complace en excitar la indignación de las respetables aiglemontesas. La buena señora se calló sin embargo. He encontrado mi alma hermana, Francisca... He... Una imperiosa mirada de la de Ribert me cortó la frase.
Fermín, molestado por el tono irónico con que aquel vencido, satisfecho de su servidumbre, hablaba de Salvatierra, iba a contestarle, cuando en lo alto de la explanada sonó la voz imperiosa de Dupont y las fuertes palmadas del capataz llamando a su gente. La campana lanzaba en el espacio el tercer toque. Iba a comenzar la misa.
Sentía desde su juventud, imperiosa necesidad de ser galante con las damas, frecuentar su trato y hacerlas objeto de madrigales tan inocentes en la intención, cuanto llenos de picardía y pimienta en el concepto.
No tengo más que un medio de reparar mis sospechas y de tranquilizarme: dentro de ocho días termina el plazo de mi luto, y pasado este tiempo, deseo que aquí mismo Teobaldo bendiga nuestro enlace. »Carlos, fuera de sí, se lanzó a mí para darme las gracias, cuando encontró la mirada imperiosa de Teobaldo. »No bendeciré nunca ese matrimonio dijo en tono colérico. »¿Y por qué? exclamé estupefacta.
Por esta razón Zeli no tuvo el valor de reprochar a su capitán una ausencia tan prolongada y se acercó a él con un aire de interés respetuoso. Kernok abarcó el brick con una mirada rápida y vio que todo estaba en orden. Contramaestre dijo con una voz imperiosa y dura , ¿a qué hora es la marcha? A las dos y cuarto, capitán. Si la brisa no cesa, aparejaremos a las dos y media.
Se sintió vaciado, como si todo su interior se liquidase, pasando al otro cuerpo á través de la imperiosa succión.
Reclamación imperiosa de la Naturaleza... la Naturaleza diciendo auméntame... No hay medio de oponerse... la especie humana que grita quiero crecer... ¿Me entiendes? ¿Hablo con claridad? ¿Necesitaré emplear parábolas o ejemplos?». Fortunata entendía, y seguía balanceándose de atrás adelante, acentuando las afirmaciones con su cabeza despeinada. «Pues no te digo más.
Palabra del Dia
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