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Actualizado: 29 de junio de 2025
Y en los ángulos oscuros de la estancia, y debajo de las sillas, y en los huecos de los balcones, se agitan á la continua muchedumbre de fantasmas que esperan la hora de extinguirse el fuego para salir. Reina el silencio. Es la medianoche. Afuera se oye una vez que otra el cansado latir de algún perro.
Vestía los huecos y floreados guardainfantes que le enviaban de las mejores tiendas de Lima, con perlas en el pecho, perlas en las orejas, perlas esparcidas por todo el traje. Más allá del estrado, sentadas en el suelo y con las piernas cruzadas, estaban unas cuantas negras con sayas de blancura deslumbradora.
El amplio ventanal tenía las vidrieras abiertas; los huecos sobre el patio interior estaban abiertos igualmente; una brisa continua hacía palpitar las cortinas, balanceando los faroles antiguos, las banderas apolilladas y otros adornos del estudio romántico. Tomaron asiento en torno de una mesita, junto al ventanal, lejos de las luces que iluminaban un extremo de la amplia pieza.
Aquella casona de sillares de granito, angostos y escasos huecos de románico diseño, gran portón de arco apuntado y escudos junto al alero, es un señorón feudal que se atreve a mirar a la Iglesia casi par a par y se mantiene apartado de ella.
Don Diego advirtió un día que Germana había cambiado, sin perder nada en el cambio. Sus mejillas estaban más llenas y mejor nutridas; todos los huecos de aquel lindo rostro se iban rellenando; las arrugas siniestras comenzaban a borrarse. Un color más sano orlaba su bella frente, y sus cabellos de oro no parecían ya la corona de una muerta.
Tus páginas inspiradas Relucirán salpicadas De dolor, Sin que se estrellen tus ecos En cráneos y pechos huecos Sin amor. Que si este mundo inclemente Puso en tu pálida frente: ¡Maldicion! Al dejar el frio suelo Estampara en ella el cielo ¡Bendicion! Poeta, mi lira gime, Pero ni un canto sublime Viene á mí, Que solo, el genio divino, Que arrastra cual torbellino, Te dió á tí.
Hállase tapizada toda la pieza de rica tela azul muy oscura, con grandes flores de lis, y las iniciales A y B entrelazadas y realzadas en terciopelo; cuatro grandes retratos de Carlos IV y María Luisa, Fernando VII y la reina Amalia III ocupan los huecos correspondientes a uno y otro lado de las puertas de la cámara y la Saleta.
Manifiesta la fábrica de este patio una construccion variada ó de diferentes épocas, si bien todas de alguna antigüedad: la fachada sobre el arco que da paso al patio del centro ó de Santa Isabel, aparenta ser mas moderna, y se advierten algunas rectificaciones, particularmente en los huecos de los balcones del real aposento, rectificaciones con las que se han destrozado los elegantes adornos que existian anteriormente, y de los que solo se conservan algunos fragmentos de armas y escudos.
Anheló un puesto al servicio del templo, cobrar a principios de mes unas cuantas pesetas de manos del Vara de plata, para no ser tan gravoso a su hermano. Pero todas las plazas estaban ocupadas; sólo la muerte podía abrir huecos, y eran muchos los hambrientos que aguardaban la ocasión, alegando derechos de familia.
Eran los seres más felices de la casa, casi tanto como las palomas que anidan en los huecos de la arquitectura y envuelven todo el grandioso edificio en una atmósfera de arrullos. Por aquellos días tuvieron una visita, que a entrambos esposos causó extrañeza y un sentimiento algo distante de la satisfacción.
Palabra del Dia
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