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Actualizado: 19 de octubre de 2025


Pero á medida que se acercaban al pueblo, la energía nerviosa la abandonaba poco á poco, se volvía silenciosa, perdía su decision, acortaba el paso, y despues se quedaba detrás. Hermana Balî tenía que animarla. ¡Que vamos á llegar tarde! decía. Julî seguía pálida, con los ojos bajos, sin atreverse á levantarlos. Creía que todo el mundo la miraba y la señalaban con el dedo.

Sobre el hule que cubría la camilla estaba el rosario de Tirso y un librito de lecturas devotas, con las tapas abarquilladas y mugrientas. Hablemos bajo comenzó diciendo Pepe. Y el diálogo prosiguió en frases mortecinas, cobrando, en cambio, los rostros toda la energía que faltaba a la expresión de las palabras.

Mas no debe creerse que esta firmeza no pueda tener en ciertos casos energía, ímpetu irresistible; despues de esperar mucho, tambien se impacienta, y una resolucion extrema es tanto mas temible cuanto es mas premeditada, mas calculada.

Así lo comprendió y vaciló un instante, pero la honrilla le hizo responder: Voy al momento, señora. Y se dispuso a dar cumplimiento al encargo. Pero Clementina, que había fruncido el entrecejo al oir la exigencia de su amiga, le detuvo exclamando con energía: ¡No vaya usted, Alcázar! Ya se lo encargaremos a Cobo cuando vuelva.

Con la vil humildad de todo enamorado en desgracia, fue al poco rato tras de ella, a pesar de las sugestiones de una falsa energía que le aconsejaba mostrarse altivo e indiferente. Sus piernas le llevaron con irresistible impulso a las cercanías del salón, y contempló a Maud con los naipes en la mano, el entrecejo fruncido y la mirada dura ante sus compañeros de juego.

Eso sólo puede decirse á la salida de Deusto. ¡Suprimir el progreso porque trae algunas complicaciones!... Y aquel hombre siempre silencioso, habló lentamente, pero con gran energía. Era un admirador religioso del capital. Aresti conocía su entusiasmo frío y firme por el dinero, que, puesto en movimiento por los descubrimientos industriales, había revolucionado el mundo.

Para distraer las penas que por mi ausencia pudiera suponerse que tenía mi mujer, él había estado más parlanchín y chistoso que de costumbre. »Tuve calma para aguardar que se acostaran, y aun para aguardar que Beatriz se durmiera. Durante algún tiempo hubo en cierta energía de que ahora me estremezco. Pensé en matar a Beatriz a puñaladas mientras dormía.

Aunque se explique algo de esta suerte, queda mucho que se ignora, y en la misma narración se anudan otros hilos, y se aumentan los motivos, que mantienen viva la expectación del oyente. Es innegable, que, con este método de exposición, aventaja mucho nuestro poeta á Lope de Vega, por ser más claro y más sencillo, y suplir á la vida y la energía real del principio de las comedias del mismo Lope.

¡Soy republicano!... ¡soy republicano! repitió con energía, como si luego de dicho esto no necesitase añadir más. Ferragut, no sabiendo qué contestar á su entusiasmo simple y sólido, se entregó á la cólera. ¡Márchate, bruto!... ¡No quiero verte, mal agradecido! Yo haré las cosas solo: no te necesito. Me basto para llevar el buque allá donde me plazca y cumplir mi santa voluntad.

Ella le hablaba del amor a distancia, persistente a través de los viajes y los azares de una existencia errante, le prometía escribirle todos los días... ¡escribirle! tal vez al mismo tiempo que su cuerpo divino sentiría el contacto de otra mano que no fuese la suya... No; él no perdía aquello; estaba resuelto. No te irás, Leonora afirmaba con energía.

Palabra del Dia

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