Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de mayo de 2025
A doscientos pasos del parapeto los alemanes se detuvieron y comenzaron un fuego graneado tan intenso como no se había oído otro semejante en la sierra; era un verdadero zumbido constante de disparos; las balas, a centenares, segaban las ramas, hacían saltar pedazos de hielo, se aplastaban en las piedras, a izquierda, a derecha, por delante, por detrás.
Fuera no se oía mas que el silbido de las balas, y golpes sordos en la pared; la cal se desconchaba, las tejas caían a tierra, y frente por frente, en dirección de las barricadas, a trescientos pasos, se veían los uniformes blancos, alineados, que se iluminaban con los fogonazos de sus propios disparos, en la noche obscura, y a la izquierda, al otro lado del barranco de las Minas, se divisaba a los hombres de la sierra que cogían de flanco al enemigo.
Entonces Henzar se divirtió a su modo. Tomó de manos de su amigo una botella que éste llevaba, la aplicó a sus labios y arrojándola furioso al agua exclamó: ¡Apenas una gota! A juzgar por el sonido y por los círculos trazados en el agua, la botella cayó muy cerca del tubo que me ocultaba a menos de una vara. Y Ruperto, sacando el revólver, la convirtió en blanco de sus disparos.
A poco, los arfakis encendieron el haz de hojas secas que le habían atado a la espalda, y con las lanzas y a mazazos lo arrojaron en la hoguera. ¡Ah, canallas! gritó Cornelio . ¡Fuego, Van-Horn! Dos disparos resonaron a un tiempo.
En pocos instantes la chalupa atravesó el río y atracó en la orilla, en medio de un enorme matorral de plantas acuáticas. Iban a desembarcar, cuando por la parte baja del río oyeron voces humanas y batir de remos. ¿Quién se acerca? preguntó el Capitán. Los piratas, sin duda respondió Van-Horn . Han oído nuestros disparos y vienen a atacarnos.
Otros dos disparos partieron de la casa del guardabosque, llevándose un jirón de los andrajos del loco, que prosiguió su carrera, repitiendo los hurras con ronca voz y subiendo por el sendero que habían seguido sus camaradas. Toda aquella visión desapareció como un sueño. Entonces Luisa se volvió. Catalina estaba de pie a su lado, no menos estupefacta y no menos atenta que ella.
Tres disparos resonaron: dos piratas fueron muertos, y un tercero quiso huir lanzando ayes; pero fué a caer entre la yerba. Los demás lograron llegar hasta el bosque, no sin recibir otra rociada de balas. ¡Es valiente esa canalla! exclamó Van-Horn . Si cortan unos cuantos horcones más, dan en tierra con la casa.
En seguida dio Morsamor sus instrucciones a los jefes y ordenó que ocupase su puesto cada uno. La nueva Argo siguió huyendo, pero con muestras de desesperación y de miedo, sin desplegar más velas, como si pareciese resignada ya a entregarse al enemigo. El corsario, impaciente, lanzó, no obstante, tres disparos de falconete para que la nueva Argo se rindiera.
Los alzados, que no esperaban sin duda el aguacero de proyectiles explosivos que caía sobre ellos, trataron de correrse á otra posición situada algo á retaguardia de la que en un principio ocupaban; pero allí también les alcanzaron el shrapnell y la metralla; y yo, que no perdí el menor detalle de la acción, puedo afirmar que la artillería cubana es irresistible, que la fijeza de sus disparos es asombrosa, y que los oficiales americanos que sirvieron de instructores á nuestros artilleros pueden sentirse orgullosos de sus discípulos.
Hay que imaginarse también el ruido de la multitud de disparos que se hacían, de las descargas, ya cerradas, ya sucesivas, y, sobre todo, los gritos lejanos, vagos, terribles, interrumpidos por prolongados lamentos, que iban a morir en los ecos de los montes. Todo aquello concentrado en un solo instante y en una sola mirada: tal era el cuadro que debemos tener ante los ojos.
Palabra del Dia
Otros Mirando