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Actualizado: 25 de julio de 2025
Así como el pesar, olvidado durante el sueño, vuelve a apoderarse de nosotros al despertar, así su espíritu, que se había complacido un instante en deliciosas fantasías, le mostró, de improviso, que aquello era para él, una simple quimera.
Piensa menos en amar que en ser amado. No ve en el matrimonio sino una compañía que alegre su existencia, un hijo en quien su propio ser reviva. En medio de ese despertar de la juventud, de esos deseos de romper con su vida monótona, la preocupación de sí mismo es lo que en él predomina.
Grande fué su tristeza cuando al despertar en un hermoso día de Mayo se encontró entre las obscuras paredes de la casa que conocemos en la calle de Válgame Dios; y esta tristeza aumentó cuando la llevaron al convento-colegio de ciertas hermanas de una Orden famosa, que enseñaban á las niñas del barrio lo poquito que sabían.
El despertar de este hermoso sueño de la juventud debe ser horrible: después de haber llevado tantas galas, volver á la triste realidad de los harapos y la miseria, es de funestísimas consecuencias. Los espectáculos que describimos, en la forma con que se hacen, dan un gran contingente á la prostitución y á la cárcel.
En los días que siguieron, éste no se mostró irritado, ni aun severo con la delincuente. Toda su cólera y malquerencia eran para el Duque. Le acusaba de haber abusado inicuamente de la confianza de su suegro para despertar en la pobre Cecilia pasiones que siempre habían estado dormidas.
Después de acariciarle su enorme cabeza, volvió a recuperar lo que había dejado sobre el banco y prosiguió su marcha, siempre abrumada por la fatiga, poseída por triste desaliento, pero satisfecha y sonriente al mirar a sus dos pequeñuelos, cruz abrumadora que arrastraba en el calvario de la miseria. Juanito creyó despertar ante aquella aparición.
Sus familias, o mejor diré su familia, pues era una misma la de ambos, se jactaba, no sin fundamento, de descender de los primitivos atlantes, que habían emigrado muchos siglos hacía, cuando se hundió en el mar la Atlántida, y que, yendo unos por mar siempre, habían llevado a Egipto la cultura, mucho antes de la civilizadora expedición de Osiris, mientras que otros, conocidos después con el nombre de hiperbóreos, desembarcando en Francia, habían difundido la luz y fundado florecientes Estados, caminando hacia Oriente hasta más allá de las montañas Rifeas, e influyendo, por último, en el despertar a la vida política y culta de los arios y de los semitas.
Mira, tú dijo Maximiliano con el acento más grave del mundo y como quien hace una confidencia importante . Eso del Mesías, acá para entre los dos, no lo he creído yo nunca, ni era dogma ni cosa que lo valga. Lo dije porque tuve un sueño, y al despertar se me quedó parte de él en la cabeza, y me andaba aquí dentro como un cascabel.
Estremecido por el frío volvía en sí. El sueño o el cansancio le rendían luego, hundiéndole en los abismos de la nada, y su imaginación descansaba hasta que, al despertar, la esbelta figura de la niña flotaba de nuevo ante sus ojos, turbando la primer plegaria del día.
Elena y los suyos miraban al otro grupo como si acabasen de despertar, contemplándolo bajo una nueva luz, con aspecto distinto. Olvidaban lo que iban á recibir, para ver únicamente las mejoras de los parientes. Desnoyers, benévolo y conciliador, tenía un plan.
Palabra del Dia
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