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Actualizado: 18 de junio de 2025


Manifestábase en su rostro y en toda su persona aquel desaliento, aquella profunda consternación que experimenta aquel que ve de pronto, paralizados por la desgracia, sus más nobles esfuerzos. Delaberge no podía comprender cómo y por qué el solo anuncio de su entrevista con Simón había asustado de tal modo a aquella mujer.

Jacob no había combatido más que una noche, mientras que yo llevo ocho días con sus noches luchando contra la muerte. »Todo volvía entonces a ser materia de duda, y yo descendía de nuevo abatido por el desaliento al abismo de la desesperación, al ver que el enemigo ahuyentado un instante reanudaba el combate con más encarnizamiento que nunca.

Su pensamiento se hizo doble. «Es inútil resistir», murmuraba en su cerebro el desaliento. Y la otra mitad de su persona afirmaba con desesperación: «¡Yo no quiero morir!... ¡no debo morirAsí vivió unos segundos, que fueron horas. Sintió el roce brutal de ocultas asperezas; luego un choque en el abdomen, que detuvo su arrastre entre dos aguas.

El público del Acuario, al ver junto á los vidrios las chatas cabezas de los animales nadadores, gritaba y movía los brazos, como si pudiera ser visto por sus ojos de estúpida fijeza. Luego experimentaba cierto desaliento al notar que continuaban indiferentes al curso de sus flotaciones. Ferragut sonreía ante esta decepción.

Así como iban llegando á los últimos límites del desaliento y la desesperación, se encogían y arrugaban. Su sombrero se hacía más grande: cada día bajaba más, hasta descansar en las orejas; el cuello de la camisa se dilataba igualmente, como si fuese á dejar escapar un pecho angustiado. Durante el almuerzo, Lewis, Castro y Spadoni sostuvieron la conversación.

El pobrecito quería engañarse a mismo, haciéndose el valiente; mas al fin se entregó. « tienes jaqueca» le dijo su tía. « que la tengo replicó él con desaliento, llevándose la mano a los ojos ; pero quería olvidarla a ver si no haciéndole caso, se pasaba. Pero es inútil; no me escapo ya. Parece que se me abre la cabeza.

Y no es que eso me fastidie, pero da ganas de abandonarse. Salimos juntos y andando, andando le puse al corriente de los motivos particulares de fastidio y de desaliento que tenía. Mis cartas le habían advertido y el resto lo presumió el día que Magdalena y él se vieron.

Era ella rasgo por rasgo y, sin embargo, no lo era bastante todavía, según el gusto de Mauricio, porque dejó la paleta sobre el taburete, arrojó los pinceles con desaliento y mirando su obra con profunda atención, murmuró: ¡Ah! qué lejos estoy de la realidad!... ¡tendría que verla otra vez para estar completamente seguro de lo que hago!...

Así hacías llegar hasta mi oido la voz del desaliento envenenado, eco perpétuo en la conciencia mia; y yo triste, temblando, dolorido, escuchaba ese grito desgarrado, que el alma en mil pedazos me partia. Yo recordaba el tiempo venturoso en que todo en mi sér hallaba un eco, que avaro el corazon guardaba ansioso.

Ahora era Elena la que hablaba, lejos, ¡muy lejos! con un tono de inmenso desaliento: Tal vez tienes razón. ¡Ay, el dinero!... Para los que sabemos lo que puede dar de , ¡qué horrorosa la vida sin él!... No quiso oir más. La vergüenza de su espionaje acabó por vencer á la malsana curiosidad que le había dominado durante unos momentos.

Palabra del Dia

rigoleto

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