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Doña Lupe corrió a ver a Maximiliano, que después de empezar a vestirse, había tenido que echarse otra vez en la cama. Provocado sin duda por las emociones de aquellos días, por el largo debate con su hermano Nicolás, y más aún quizás por los insufribles ronquidos de este, apareció el temido acceso.

Al principio sólo notó que su mujer se hacía más comunicativa, cariñosa a todas horas, como antes lo era después de los ataques nerviosos y en ausencias o enfermedades. «¿Quería discutir por pasar el rato? Enhorabuena; él amaba la discusión». Y sostenía la tesis contraria para mantener animado el debate. ¿ nunca has leído vida de santos, verdad? , hija, , y autos sacramentales....

Y yo siento tener que recordarte que esa persona, por la que profeso la más alta estima, ha sido la compañera y la amiga de tu mujer, mi pobre hija añadió Neris con severidad. El conde se mordió los labios. Su celoso rencor le había llevado demasiado lejos. Tienes razón, tío, no he debido olvidarlo dijo esperando cortar así el debate. Pero Eva no le permitió esquivarse por esta hábil maniobra.

Pero lo gracioso fué que, estando ella en la puerta, aburrida del debate estéril de la madre con el dependiente, vió pasar a la tía Silda con un mantón color de diablo afligido, hecha una pordiosera; si estaba tan mal, ¿por qué no se ponía a servir?

¡Callar más tiempo me oprimía el pecho! y dejando el amor su encierro estrecho, entró en el alma de la amada mía. ¡Mas vió en el templo su candor inerte y en su ara triste, al soplo de la muerte, un resplandor que en sombras se extinguía! Enero, 1920. Consagrado al periodismo, es ahora redactor de "El Debate". Antes lo fué de "La Vanguardia".

En Santiago quise comprar periódicos, pero no había más que El Correo Español y El Debate. Esto también me produjo una impresión de medievalismo. Se hablaba de la guerra, y a me parecía que, ya en el siglo XIII, se debía de comentar en Santiago la guerra europea con el mismo criterio. Lo que me pareció más moderno fue la catedral.

Luego me ataca con mi propio cuchillo, yo huyo, y El Debate, comentando el suceso, escribe: «La huida del Sr. Camba no constituye éxito ninguno para su lector, porque el Sr. Camba estaba desarmado...» Una de las cosas que más le han servido a Alemania es la afición a la música. La gente no cree que los alemanes puedan ser crueles.

La entereza y tenacidad de M. de Lesseps triunfaron una vez más contra el nuevo inconveniente; pero los Estados Unidos, lejos de declararse vencidos, reanimaron la cuestión bajo la forma diplomática, tocando el papel primordial en el memorable debate que en el momento de escribir estas líneas aun no se ha agotado, a M. Blaine, cuyo rápido paso por el Gobierno de la Unión ha marcado una huella tan profunda, y cuya reputación, después de la caída, ha sido desgarrada tan sin piedad por sus adversarios.

Acepté con gusto la oferta; asistí algunos jueves a la sesión, y vencida la timidez natural del provinciano, llegué a intervenir en algún debate, si no con éxito lisonjero, por lo menos con la tolerancia benévola de mis consocios.

El único ser del sexo de Genoveva Sal que quedaba en el campamento en condiciones de maternidad, era una borrica. Suscitose breve debate respecto a las cualidades de semejante nodriza, pero se sometió a la prueba, menos problemática que el antiguo tratamiento de Rómulo y Remo y al parecer tan satisfactoria. Disponiendo todos estos adminículos, se pasó todavía otra hora.