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Actualizado: 20 de julio de 2025
La entereza y tenacidad de M. de Lesseps triunfaron una vez más contra el nuevo inconveniente; pero los Estados Unidos, lejos de declararse vencidos, reanimaron la cuestión bajo la forma diplomática, tocando el papel primordial en el memorable debate que en el momento de escribir estas líneas aun no se ha agotado, a M. Blaine, cuyo rápido paso por el Gobierno de la Unión ha marcado una huella tan profunda, y cuya reputación, después de la caída, ha sido desgarrada tan sin piedad por sus adversarios.
Los asuntos del Pacífico; el engaño inexcusable de un pueblo en agonía que tiende sus brazos desesperados a una promesa falaz; los misterios de la Peruvian Guano Company; la palinodia vergonzosa de los señores Trescott y Blaine en Santiago de Chile, han suministrado no escasos elementos de acusación contra el primer ministro del presidente Garfield.
Desde el Cabo de Hornos a los límites del Canadá no debe existir otra influencia que la de los Estados Unidos, ni escucharse otra voz que la que se levante en Wáshington. Tal es la idea fundamental, que pronto dará vida y servirá de lábaro a un partido, a cuyo frente no dudo ver aún a M. Blaine, a pesar del estruendo de su caída.
Consideraba la conferencia monetaria internacional, iniciada por Blaine y a la que él fue delegado por el Uruguay, y yo lo fui por la Argentina, más como el medio de favorecer los intereses de los Estados Unidos platistas, que el de estrechar los vínculos de todas las naciones de América.
Para éstos, M. Blaine no ha sido sino un político aventurero e impuro, que ha pretendido variar la corriente de vida internacional que durante un siglo había conducido sin tropiezo la nave de la Unión.
Y tal es la influencia que ejerce sobre el espíritu colectivo, que a ella se debe el último recrudecimiento de la doctrina de Monroe, que en estos momentos sostiene M. Frelinghysen con igual perseverancia que su antecesor. El debate iniciado entre lord Grenwille y M. Blaine se continúa en el día, sin que se vea hasta ahora probabilidades de que ninguna de las dos partes ceda.
Sueños y ambiciones patrióticas de un lado, vistas profundas sobre el porvenir, del otro, y en el centro, la ponderación, siempre grave, de intereses mezquinos, de lucro rápido y fácil, han determinado la iniciación de la propaganda de que M. Blaine se hizo eco en el Gobierno.
El Canal de Panamá. Corinto, Suez y Panamá. Las viejas rutas. Importancia geográfica de Panamá. Resultados económicos del canal. Dificultades de su ejecución. La mortalidad. El clima. Europeos, chinos y nativos. Fuerzas mecánicas. ¿Se hará el Canal? La oposición norteamericana. M. Blaine. ¿Qué representa? El tratado Clayton-Bulwer. La cuestión de la garantía. Opinión de Colombia.
Paréceme, sin embargo, que si un extranjero imparcial estudia un poco el pueblo americano actual, encontrará que es muy posible que el juicio del momento sobre M. Blaine no sea corroborado por la opinión pública dentro de diez años.
Palabra del Dia
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