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O., Band I, S. 267. Journal historique de M. Lesseps an Kamtschatka, páginas 101 á 104. Choris, Voyage pittoresque autour du monde, pág. 9. A. Burnes, Travels into Bokhara, vol. II. Cyries Malerische Reise in Asien, deutsche Ausgabe, S. 120. Milbert, Voyage pittoresque á l'Ile de France, tomo II, pág. 183. Benares Illustrated by James Prinsep. London, 1831-32, 3.ª serie.

Ahora bien, ¿se hará el canal, con el presupuesto sancionado y en el tiempo indicado en el programa de M. de Lesseps? Avanzo con profunda convicción mi opinión negativa. No se trata aquí, y M. de Lesseps empieza a comprenderlo ya, de una obra como la de Suez.

Los americanos, construyendo el ferrocarril que lo atraviesa y estableciendo las tarifas más leoninas que se conocen en la tierra , creyeron innecesaria la excavación del canal, que, dignos hijos de los ingleses, nunca miraron con buenos ojos. La perseverancia de Lesseps triunfó una vez más, y la nueva ruta recibió su trazo elemental . ¿Cuál será el resultado económico del Canal de Panamá?

La vieja vía terrestre que conducía al Oriente, fue abandonada cuando Vasco de Gama dobló el Cabo de las Tempestades, y a su vez el itinerario del ilustre portugués cedió el paso al que trazó el ingenio moderno tan admirablemente personificado en el «Gran Francés», como se ha llamado a M. de Lesseps.

La entereza y tenacidad de M. de Lesseps triunfaron una vez más contra el nuevo inconveniente; pero los Estados Unidos, lejos de declararse vencidos, reanimaron la cuestión bajo la forma diplomática, tocando el papel primordial en el memorable debate que en el momento de escribir estas líneas aun no se ha agotado, a M. Blaine, cuyo rápido paso por el Gobierno de la Unión ha marcado una huella tan profunda, y cuya reputación, después de la caída, ha sido desgarrada tan sin piedad por sus adversarios.

Pero toda esa gente sin necesidades, habituada a vivir un día con un plátano, no es ni fuerte, ni laboriosa, ni se somete a la disciplina militar indispensable en compañías de esa magnitud. Falto de hombres, M. de Lesseps apeló a la industria y contrató la construcción en Estados Unidos de enormes máquinas de excavación, cuyos dientes de hierro debían reemplazar el brazo humano.

No veo sino a M. de Lesseps capaz de llevar a cabo la empresa que tan dignamente coronará su vida. ¡Quiera el cielo prolongar los días del ilustre anciano para su gloria propia y para el beneficio del mundo entero!