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Un arreglo definitivo entre Aldao y el Gobierno dejó acordado que aquél se dirigiría a San Luis, por no querer seguir a Corro, proveyéndole el Gobierno de medios hasta salir del territorio por un itinerario que pasaba por los Llanos. Facundo fué encargado de la ejecución de esta parte de lo estipulado, y regresó a los Llanos con Aldao.

El celoso Camilloff, con el lápiz en la mano, marcó en el mapa un itinerario hacia Tien-Hó. Mostróme en desagradable entrelazamiento, sombras de montes, líneas tortuosas de ríos, dibujos ondulados de lagunas. ¡Aquí está! Suba usted hasta Ni-ku-hé, en la margen del Pei-Hó. Desde allí en barcos chatos va a My-yun. ¡Buena ciudad! Hay en ella un Buda vivo.

Cambio de itinerario. La Ville de París. La travesía. Colón. Un puerto franco. Bar-rooms y hoteles. Un día ingrato. Aspectos por la noche. El juego al aire libre. Bacanal. Resolución. Me detuve un instante a almorzar en Consuelo, volví a ver el famoso cuarto en que habíamos pasado la noche a la venida, con los Mounsey y la numerosa y heterogénea compañía de que hablé.

Empieza en Curuguatí, sigue por dicho Terecañí, y á dar al paso del rio Igatimí, desde donde sin tropiezo pueden VV. SS. ir al norte por campos, hasta encontrar el Yaguarí: y si quieren itinerario, creo que lo hallarán en este archivo.

El primero que tuvo la idea de trazar su itinerario fué el P. Chome, en una de sus cartas, escrita al P. Vantiennen, fecha 17 de Mayo de 1738 . Su derrotero comprende desde Buenos Aires hasta San Ignacio de los Zamucos, en la provincia de Chiquitos, en donde hacia su habitual residencia.

Mr. Alejandro Laborde en su itinerario descriptivo de España no tampoco sino noticias generales alabando la cantidad, variedad y belleza de la pintura, dorado, y adornos del salon.

Desde el día que le ha visto usted salir de Trembles, con una letra llegada de París en el bolsillo, como un soldado con su itinerario en la mano, sus esperanzas habían recibido más de un jaque, pero ello no había disminuido su fe robusta ni le había hecho dudar, por un minuto tan sólo, que el éxito, si no la gloria, estaban en París al fin del camino que él emprendía.

No hay negociante retirado, no hay jubilado, ni procurador o abogado en vacaciones que no se considere en el deber de viajar por Suiza para poder decir a su mujer y a sus hijos: «He visto el valle de Lauterbrunnen, el lago de Brienz y el Grindelwald», camino trillado y recorrido por todo el mundo, itinerario tan común en la actualidad, como el de París a Saint-Cloud.

Ignoramos si el autor lo continuó hasta Santa Cruz de la Sierra: el cuaderno original de que nos hemos valido no contiene mas de lo que hemos publicado, y nos parece probable que sea todo cuanto existe de este itinerario. A pesar de su estado de imperfeccion no nos hemos animado á desecharlo.

Aunque el lector lo sienta como yo, es preciso abandonar Paris: siguiendo mi itinerario hemos visitado Bayona, Burdeos, y la gran ciudad: ahora, continuarémos nuestra corta expedicion por Francia y acto continuo nos trasladarémos á la patria de Guillermo Tell.