Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de junio de 2025


Eso no dijo candorosamente Beatriz, la cual, en medio de todo, amando a don Braulio, llena de sobresalto por él, y arrepentida de su intimidad con el Conde, no podía conformarse con que el Conde no estuviese enamorado de ella. Eso no; yo creo que el Conde me ama; pero yo no le he amado nunca. Singular idea tienes del Conde, hermana. Créeme, hombres como él no aman sin ser amados.

Rostro de virgen... instruída, inteligente, modesta... no digo ella; su misma institutriz es una persona ejemplar... una verdadera perfección... Créeme, dedícate a estudiarla... ¡obsérvala, hijo mío! Se lo prometo a usted, tía. Bueno, ahora vete, tengo que escribir... mira, dile a Beatriz que venga.

Créeme: en parte alguna estoy mejor que aquí, aunque no me enamore ni me case nunca. ¿Y por qué no enamorarme? ¿Por qué el amor ha de estar siempre dormido? Yo me inclino a creer que no hay varios amores, cada cual para su objeto, sino que el amor es uno; y aunque cambie el objeto, no cambia el amor.

Y por eso he llegado adonde estoy... ¡Me ha costado un duro sacrificio, puedes creerlo!... Por lo tanto, no te quejes... Créeme... me he portado muy bien contigo... ¡ay, hermano!... muy bien. Martín no tiene necesidad de averiguar más; ve claramente ya la solución del enigma: la víctima de otro tiempo sale de su tumba para pedir venganza.

Quilito, a horcajadas otra vez en el caño, la barba sobre sus manos, lívido, mirando la llama con fijeza magnética, balbuceó que no sabía nada, que él desde mediodía faltaba de casa... Es un disparate tuyo agregó, cuando se está mal de la cabeza, se ven visiones. Agapo atizaba el fuego. ¡Por estas! dijo besando los dos índices en cruz, estaba mareado, pero no ciego. Créeme, hijo, créeme...

Quiero obsequiar con una copa a todos los valientes que conmigo han salvado a Jerez. Porque, créeme, Ferminillo, que soy yo, sólo yo, quien ha resistido a esos pillos. Mientras las tropas estaban en los cuarteles, yo estaba en mi sitio. ¡Me parece que la ciudad me lo debe agradecer, haciéndome algo!... Pasó un pelotón de jinetes, con los caballos al trote.

Reflexiónalo despacio. Todo lo he pensado. ¿Y qué dirá tu novia? ¿No tengo que renunciar a mi madre? Después de esto, ¿qué desengaño he de temer? A pesar de todo, tengo confianza en ella. ¿Estás resuelto? Si vosotros me hacéis el favor que os pido, . Cuenta con nosotros y, sin embargo, créeme: antes trata de ablandar a tu madre. No tengo esperanza de lograr nada, pero lo intentaré.

Acaso tenga posición más desahogada que la nuestra; pero, una cosa es el bienestar, y otra la esfera de cada uno. Hoy por hoy, no tenemos dinero; pero ni nuestros padres ni nuestros abuelos han sido menestrales. Créeme, Leocadia, no te comprometas con nadie; no renuncies a tu libertad de acción. No has nacido para mujer de un jornalero.

Todos cuantos se han acercado a con la lisonja en los labios, doblando la rodilla para adorarme, no traían otro objeto que el de satisfacer su vanidad, o puramente un deseo brutal: ninguno ha venido a entristecerse con mis tristezas, a alegrarse con mis alegrías, a confundir su alma con la mía, a realizar el verdadero amor, el amor puro y santo con que toda alma elevada sueña siempre... mismo, Miguel, para quien yo debiera ser sagrada, al acercarte a en el Prado, lo has hecho con ese tono, con esa cruel frivolidad que tantas veces ha traspasado mi pecho... Lo he aceptado, porque me he ido acostumbrando... Créeme, que de todas maneras, es muy duro... ¡muy triste!

Sin querer, prodigaste mil gracias conquistadoras y lo hiciste todo, todo, para quitármele... Me callé de repente, viendo que iba demasiado lejos, y seguí diciendo con más calma: ¿Por qué me has hecho traición? ¡Traición!... que palabra... Es la justa. Pues bien, , te he hecho traición, pero al principio, créeme, Magdalena, no pensaba en ello... Que no pensabas...

Palabra del Dia

cabalgaría

Otros Mirando