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Actualizado: 6 de junio de 2025


Los establecimientos penales de la Suiza, están en perfecta consonancia con su admirable estado de progreso. Un régimen interior ejemplar y religioso, los trabajos del campo, el buen sistema de alimentacion, la enseñanza que reciben, los ejemplos morales que se les ofrecen, las prácticas religiosas á que tienen que consagrarse, todo en una palabra es admirable y no deja nada que desear.

Jamás se le había ocurrido pensar ni en su alimento, ni en su ropa o calzado, ni aun en aquellos menesteres de que las mujeres no suelen entender. Todo estaba previsto y regularizado perfectamente en su vida. Podía consagrarse con entera libertad al ejercicio de su inteligencia.

Y el anhelo de elevarse hasta la virtud más sólida, de consagrarse fielmente a D. Joaquín y de ser modelo de casadas y señora muy respetable vino a ser la constante obsesión de su alma. Aunque ella era un lince para notar los defectos de las personas que trataba, no cómo se las compuso que no halló el menor defecto en el inglesito. Todo él le pareció una perfección.

Pero tal comercio tiene algo de trabajo, y exige recorrer ciertas calles, instalarse en las puertas de los cafés, consagrarse al negocio con cierta formalidad. Eran niños, necesitaban juego como el pez necesita agua, y así por las tardes se iban al río a recoger matacandiles.

Los mas afamados eran dúplices ó mixtos; cada uno de ellos formaba como dos monasterios contiguos, uno de hombres, otro de mujeres, sin mas dependencia entre que la que los antiguos cánones habian establecido mandando que todo monasterio de religiosas estuviese sujeto en lo económico y administrativo á un abad nombrado por el obispo, á fin de que las monjas y su abadesa pudiesen libremente consagrarse á la vida ascética lejos de toda relacion y trato con la gente mundana.

Ni remotamente tenía yo derecho a imaginar que las caritativas visitas que usía me hizo, después de mi conversión, más aparente que real, le enlazaban conmigo, por ningún estilo, y le ponían en la obligación de consagrarse a mi persona con amistad exclusiva y única y de ser constante compañero mío en la penitencia, cuando nunca lo fue en el pecado.

Repuesto un poco de la sorpresa el P. Gil, dijo con firmeza entonces: Señores, esta joven se ha desmayado al tiempo de venir en mi socorro por haberme caído. La he acompañado hasta aquí, a ruego suyo, porque desea entrar en un convento y consagrarse a Dios, a lo cual su padre se opone sin razón ni derecho y para ello la maltrata bárbaramente...

Luego, su vida tuvo un doble objeto santo y noble: derramar los consuelos de la más piadosa de las ciencias sobre los dolientes sin ventura y velar por la dicha de Carmen. Era para él una suprema delicia espiritual el consagrarse de lleno a pagar en la hija la inmensa deuda de gratitud contraída con el padre.

El sacerdote dejó caer el libro sobre el lecho y se tapó el rostro con las manos. Obdulia manifestó a su confesor que estaba resuelta a dejar el mundo y consagrarse por entero a Dios en un convento. No pudo darle noticia más grata. Hacía ya mucho tiempo que las preferencias, la exagerada sumisión y hasta idolatría que la joven devota se complacía en mostrarle inquietaban al P. Gil.

Las rompe luego para consagrarse á su antigua pasión; pero el Gobernador, á cuya noticia han llegado esas relaciones amorosas de Don Manuel con su hija, desea que se celebre el matrimonio entre ambos, excitado por las esperanzas lisonjeras que, para lo futuro, despierta este enlace en su ánimo, si el amante cumple su promesa.

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