United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


También se vanagloriaba de poseer un alma elevada y poética, que había sabido resistir á la influencia prosaica y á las costumbres vulgares del pueblo en que vivía. Por la noche, antes de recogerse, solía abrir el balcón de su cuarto para contemplar la bóveda estrellada. Alimentaba un canario y una pareja de tórtolas, y cultivaba esmeradamente en tiestos algunas plantas de claveles y geranios.

Señalaba los objetos que había en cada pieza, qué plantas adornaban el patio, si había canario en el zaguán... Misia Casilda siempre trabajando, con su bata de lana y sus dos bandós tan alisados; don Pablo Aquiles, al Ministerio a las doce... no se le oye nunca la voz. Quilito, mareando a todos con sus fantasías. El mastín de la casa era Pampa, la india, enseñando los dientes al que entra.

Y eso que la imagen de su esposa, más rubia que un canario y más colorada que una rosa de Alejandría, miraba al cielo con una expresión mística que jamás él la conociera. El Duque hablaba de enviar el retrato al Salón de París. Mientras Ventura leyó la gacetilla, no le quitó ojo, escrutando con anhelo inconcebible los rasgos de su fisonomía. Pero ésta permanecía inalterable.

Pero este nuevo insulto colmó la medida del sufrimiento de don Silvestre. «¡Canario! exclamó al hallarse en medio de un grupo de calaveras; conque ayer, porque iba al uso de mi tierra, os reíais de ; y hoy que, por complaceros, me visto como vosotros, me toreáis también, sin duda porque no llevar esta librea. Pues tanto, tanto, no lo sufrió jamás un Seturas

Poco después Bonifacio se arriesgó, poniéndose muy colorado, a traducir otra observación humilde esta de la Gorgheggi al idioma del trompa pertinaz, un hombre de tan mal genio como oído; la tiple había hablado en español, había dicho «compás» como, de hablar, podría decirlo un canario; pero el hombre del bronce no había querido entender tampoco; la traducción de Bonifacio consistió en repetir a gritos las palabras de la cantante, inclinándose desde el palco sobre la cabeza calva del músico.

Se fue a un agujero muy grande que hay allá arriba dijo Nela, deteniéndose ante el doctor y dando a su voz el tono más patético y se metió dentro. ¡Canario! ¡Vaya un fin lamentable! Supongo que no habrá vuelto a salir. No, señor replicó la Nela con naturalidad . Allí dentro está. Después de esa catástrofe, pobre criatura dijo Golfín con cariño , has quedado trabajando aquí.

El hombre, cuanto más ignorante, más dichoso... Y lanzaban miradas de abominación al armario de los libros, como si fuese un depósito de maldades, mientras el mueble infeliz seguía guardando en sus entrañas un tesoro de volúmenes inofensivos, regalados en su mayor parte por el Ministerio a instancias del diputado del distrito; versos a la Virgen María, y cancioneros patrióticos; guías para la cría del canario y reglas para lo reproducción del conejo doméstico.

Es verdad; nos habíamos olvidado... ¿Pero dónde vamos ahora?... Ya lo hemos recorrido todo... Vamos a la habitación de María... Tal vez se haya subido allá... No me parece probable..., pero, en fin, vamos. Subieron a la torre, sin lograr mejor resultado. Ni en la habitación de María ni en la de Genoveva descubrieron rastro del canario.

La garganta del turpial no posee esa virtuosité extraordinario del ruiseñor o del canario; la agilidad le es desconocida. Pero su canto, igual y monótono, es como esos trozos delicados de música que siempre despiertan sensaciones nuevas... Concluí por tomar verdadero cariño al turpial, lo que fue para una fuente de amargura.

A , personalmente, me produce la impresión de un canario hidrófobo; algo, en fin, absurdo y horrible. El novio, lleno de entusiasmo, refería al maestro las cualidades de su futura. «Es hermosa como el lucero de la mañana» decía el joven. El filósofo escribía: «cero». «Es rica, como la heredera de Creso» añadía el doncel.