Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de noviembre de 2025


El doctor y su hija ocupaban dos habitaciones en casa de una antigua bailarina que había conseguido grandes triunfos amorosos en las principales cortes de Europa, y era ahora un esqueleto apergaminado, andando casi a tientas por los pasillos, entablando con las criadas disputas de avara matizadas con juramentos de carretero, sin otros vestigios de su pasado que los trajes de crujiente seda y los brillantes, esmeraldas y perlas que iban reemplazándose en sus orejas acartonadas.

Los cabellos de Absalón .Calderón Esta magnífica tragedia ocupa lugar preferente entre las obras de nuestro poeta: la vida poderosa, que bulle en ella; su movimiento solemne é imponente, y el gran número de sus bellezas aisladas, brillantes, ó graciosas, ó duras, ó apasionadas, juntamente con el delicado sentimiento artístico, que modela todas sus partes, pintando con la mayor naturalidad las aberraciones más vehementes de la pasión, no son parte bastante á perturbar en lo más mínimo la tranquilidad y la belleza ideal, que reunen en todo el conjunto de este cuadro sublime.

Había en la antesala tapices y reposteros, donde se veían bordados los complicadísimos escudos de la gloriosa e histórica familia de los Pintos; y en el centro, frente a la puerta de entrada, resplandecía, en gran cuadro al óleo, al parecer antiguo, la reverenda imagen de Fernán-Méndez, tan célebre por sus estupendas peregrinaciones, y uno de los más brillantes antepasados de que aquella familia se jactaba.

Aquella mujer era pequeña y delgaducha; tenía los cabellos rojos y desgreñados, las mejillas hundidas, la nariz afilada, los ojos pequeños y brillantes como dos centellas; la boca fina, con los dientes muy blancos, y la tez rojiza.

En cambio se nota que el autor carece del talento de la composición: el libro, á pesar de las brillantes cualidades que posee, no puede leerse sin cierta fatiga.

Cuando me levanté, vi que Roberto había salido del cuarto. Marta me esperaba con los ojos brillantes de impaciencia y de inquietud: quería saber que yo admiraba a su hijo. ¿No es verdad que es lindo? balbució, alzando hacia sus débiles brazos.

Pero... ¡huir de Ventura! ¡Huir de aquella imagen radiante de felicidad! ¡No escuchar más su voz que causaba en el alma delicias incomprensibles! ¡No sentir el dulce contacto de su mano fresca y maciza como un botón de rosa! ¡Alejarse de sus ojos brillantes y risueños y magnéticos!... ¡Oh, no! Sentía la frente bañada en sudor.

Su oratoria sólida y rica en imágenes brillantes se derramaba como raudales de perlas y de flores, y su auditorio quedaba siempre cautivado por el encanto de ella.

Después de este insulto supremo se sintió más ágil, y empezó á bajar unos peldaños, hasta dar con la cocina. Aquí admiró más que en los salones el bienestar de su nieta. ¡Qué abundancia! ¡Qué de cacerolas brillantes como astros!... La cocinera le hizo los honores de sus dominios, colocando sobre la mesa una botella y dos vasos. La bebieron entera, hablando de sus penas.

Julieta no se había levantado, y después de responder con una ligera inclinación de cabeza al saludo ceremonioso del joven, se quedó esperando. Raúl parecía un poco turbado a pesar de su aplomo. La actitud cortés pero digna de la joven empleada paralizaba sus brillantes facultades.

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando