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Actualizado: 22 de noviembre de 2025
Beña, poeta de circunstancias, a quien yo vi en casa de doña Flora. ¡Y recomendaba a los padres de la patria que imitasen en su atavío al gran D. Pedro, pasmo de los chicos y alboroto de paseantes! ¡Qué bonitos habrían estado Argüelles, Muñoz Torrero, García Herreros, Ruiz Padrón, Inguanzo, Mejía, Gallego, Quintana, Toreno y demás insignes varones, vestidos de arlequines!
Esto me decían en Marianas; en cambio en Manila se cree todo lo contrario, no solamente respecto á la adquisición de esos bonitos ejemplares de la conchología, llamados en el lenguaje vulgar por su color rosado, auroras sino que también refiriéndose á un sinnúmero de costumbres, cosas y objetos que luego resultan completamente inexactas. Reducción de vecindario en las Marianas. Islas habitadas.
O a veces, cuando está trabajando cosas de números, o poniendo un libro sueco en español, la ve venir, venir despacio, como en una nube, y se le sienta al lado, le quita la pluma, para que repose un poco, le da un beso en la frente, le tira de la barba rubia, le esconde el tintero: es sueño no más, no más que sueño, como esos que se tienen sin dormir, en que ve uno vestidos muy bonitos, o un caballo vivo de cola muy larga, o un cochecito con cuatro chivos blancos, o una sortija con la piedra azul: sueño es no más, pero dice el padre que es como si lo hubiera visto, y que después tiene más fuerza y escribe mejor.
El corazón quería salírsele del pecho al ver los bonitos caracteres que decían: El marqués viudo de Saldeoro. Largo rato estuvo perpleja, la cartulina en la mano, sin apartar los ojos del sortilegio que sin duda contenían las letras negras del nombre y las pequeñitas de las señas: Jorge Juan, 13.
«¡Cuando yo decía que el número era de los más bonitos...! manifestó D. Baldomero con orgullo . En cuanto el lotero me lo entregó, sentí la corazonada». Como bonito... agregó Estupiñá , no hay duda que lo es. Si tenía que salir, eso bien lo veía yo afirmó Samaniego con esa convicción que es resultado del gozo . ¡Tres cuatros seguidos, después un cero, y acabar con un ocho...! Tenía que salir.
Estaba llena de sonrisas Carmen aquella mañana.... Una sonrisa para el espejo donde, inclinándose, vió su cara preciosa un poco descolorida; otra sonrisa para la ventana, ya acariciada por el sol pálido de noviembre...; otra, para el cielo; los ojos garzos y acariciadores de la niña subieron hasta él dulcemente al través de los vidrios empañecidos por la helada.... Estaba todo azul; ¿no había de estarlo?... Azul tenue el cielo, dorado desvaído el sol, verde apagado la campiña...; ¡qué bonitos colores tenía la vida aquella mañana!
Cierto que no tenemos crédito; pero á Martín le quedan media docena de estudios muy bonitos.... Verá usted ... el de la sierra de Guadarrama, precioso... el de La Granja, con aquellos arbolitos... también, y el de... qué sé yo qué. Todos muy bonitos: Se los llevaré... pero no sea malo y compadézcase del pobre artista....
La ciudad, por falta de terreno suficiente, se ha extendido á lo largo de la costa, en un triple cordon de casas; de manera que es larga y angosta, con sus bonitos arrabales desperdigados caprichosamente sobre las colinas entre huertos y graciosas alamedas.
Estas razones no convencían a Barbarita, que seguía con toda el alma fija en los peligros y escollos de la Babilonia parisiense, porque había oído contar horrores de lo que allí pasaba. Como que estaba infestada la gran ciudad de unas mujeronas muy guapas y elegantes que al pronto parecían duquesas, vestidas con los más bonitos y los más nuevos arreos de la moda.
Vestía una finísima camisa adornada con encajes, según el estilo del país, enaguas de seda de color obscuro; llevaba una pañoleta de seda encarnada sobre el pecho, y se envolvía en un rebozo fino, de seda también, con larguísimos flecos morados. Llevaba, además, pendientes de oro; adornaba su cuello con una sarta de corales y calzaba zapatos de seda muy bonitos.
Palabra del Dia
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