Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de julio de 2025
Las miradas de todos convergiendo hacia aquel hombre le hicieron adivinar la verdad. ¡Ay! ¿Este era el Plumitas?... Se había despojado de su sombrero con torpe cortesía, intimidado por la presencia de la señora, y continuaba de pie, con la carabina en una mano y el viejo fieltro en la otra. Gallardo se asombró de las palabras del bandido. Aquel hombre conocía a todo el mundo.
He soñado muchas veces continuó ella con un hombre que robase por mí, que matase si era preciso, y fuese á pasar el resto de sus años en una cárcel... ¡Pobre ladrón mío!... Yo viviría únicamente para él, pasando día y noche junto á las murallas de su prisión, espiando las rejas, trabajando como una mujer del pueblo para enviar buena comida á mi bandido... Eso es amor, y no las mentiras frías, los juramentos teatrales de nuestro mundo.
Gallardo sonreía, con movimientos afirmativos de cabeza, halagado ahora en su orgullo de artista. Aemás continuó el bandido , nadie dirá que yo he venío a La Rinconá a pedí ni un pedaso de pan. Gana el dinero lo mismo que yo: exponiendo la vía.
Desde el fondo del valle se dirigió derechamente hacia el Estado Mayor enemigo, y cuando llegó delante del general hizo algunos gestos señalando al otro lado de la meseta de «El Encinar». ¡Ah, bandido! exclamó Hullin . Está diciendo que Piorette carece de defensas por aquel lado y que es preciso rodear la montaña.
Afirmó solemnemente que Bruno se las había dado como un regalo de moribundo, y que la razón que tenía para buscarme era porque el viejo bandido, antes de morir, pidió ver la fotografía que estaba en su cofre de a bordo, y contemplándola un largo rato, le dijo en italiano, reflexivamente: «En esta casa vive el único hombre que conoce mi secreto.»
El aperador acogía con inocente satisfacción todos los elogios de su amo a la novia. Al fin, era como un hermano suyo, y este parentesco enorgullecía a Rafael. Bandido le decía el señorito con cómica indignación, en presencia de la muchacha.
Elena al ver al bandido dio un grito penetrante y extendiendo las manos exclamó: ¡Oh por Dios! ¡Por Dios no me secuestre usted...! Ya le daremos todo el dinero que quiera... Déjeme ir a casa... Le traeré todas mis joyas... Déjeme usted por Dios. Clara al oír el grito de su cuñada había corrido hacia el sitio y al encontrarse con el bandido se encaró intrépidamente con él.
A sus órdenes hizo la mayor parte de la guerra; pero al verlo en lucha con Carranza, presintió que este antiguo «ranchero», de porte solemne y aseñorado, al que llamaban «el viejo barbón», tenía más aspecto de presidente que el antiguo bandido, y se fué con él. Por segunda vez Guadalupe reconoció que su esposo era á veces capaz de resoluciones acertadas.
¡Aquí me quisiste matar, ladrón!... ¡Aquí me amenazaste con tu revólver, bandido mío!... Ulises protestó... «¡Vaya un modo de recordar las cosas!» Pero ella dió fin á sus rectificaciones con un autoritarismo audaz y mentiroso. Fuiste tú... ¡fuiste tú!... Lo digo y basta. Es preciso que te acostumbres á aceptar lo que yo afirme.
Como el gaucho iba mejor provisto de armas, siguió disparando tiros durante su fuga, con gran prodigalidad. Sintió el estanciero una nueva indignación al darse cuenta de lo que intentaba Manos Duras contra él. ¡Grandísimo bandido! ¡Ahora tira á matarme mi flete! Y el centauro criollo, diciéndose esto, mostró tanta cólera como al ver en peligro á su hija.
Palabra del Dia
Otros Mirando