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Actualizado: 24 de julio de 2025
El deseo de seducir al de la carátula y salir pronto de aquel mal paso, satisfaciendo su afán de hablar, de contarlo todo y aun de lucirse, porque era muy jactancioso, luchaba en su alma con el temor de empeorar la situación en que se hallaba, sobreexcitando la codicia del bandido.
Es gloria pura verla a cabayo, con su calañé, su corbata y su faja. Los hombres debían ir a puñalás por sus ojitos de sielo. El bandido dejábase arrastrar por su entusiasmo meridional con la mayor naturalidad, buscando nuevas expresiones de elogio para la señora.
No es fácil cogerle, y er que se la hase se la paga. El picador intervino antes de que hablase su maestro. Plumitas, no seas bruto. Aquí estás entre camarás, mientras te portes bien y haiga desensia. Y súbitamente tranquilizado, el bandido habló de su jaca al picador, encareciendo sus méritos.
La vieja, al perder en su arrugada mano el contacto de la diestra del hijo, se volvió hacia donde creía que estaba el país hostil, agitando los brazos con furor homicida: ¡Ah, bandido!... ¡Bandido!
Uno de ellos, viejo de andrajosos vestidos, inculta barba y retorcida nariz, tenía más apariencias de bandido que de caminante; el otro era uno de los pocos negros que había en Inglaterra por aquella época, y Roger contempló asombrado los abultados labios y grandes y blancos dientes que hacían resaltar la negrura de la tez.
Uno de los amigos del novio le llamó Rebolledo, aludiendo al bandido de la zarzuela Los diamantes de la corona, y la palabra hizo fortuna entre la juventud maleante. La ceremonia debía de celebrarse a las cinco de la tarde. Los novios partirían en el sud-express poco después. A las tres, la multitud de los convidados invadía los fastuosos salones de la casa de Escudero, en la calle de Alcalá.
La vehemencia con que hablaba de su agradecimiento no conmovía a doña Sol. ¿Y aquél era el famoso Plumitas?... Un pobre hombre, un buen conejo del campo, que todos miraban como lobo, engañados por la fama. Hay ricos muy malos prosiguió el bandido . ¡Lo que argunos jasen sufrí a los probes!... Serca de mi pueblo hay uno que da dinero a rédito y es más perverso que Judas.
¿Pero no existe ninguna prueba negativa de que el bandido reformado no le haya regalado el paquete de naipes a Blair? pregunté enérgicamente. Ninguna. Por mi parte creo que Poldo se lo debió dar a Blair y recomendarle que volviera a tierra y me buscase, porque él había sido bueno y había tenido para con él muchas pequeñas finezas durante repetidas enfermedades.
De lejos se ven las cosas en su verdadero valor. Lo que sí recuerdo es el día en que almorzó con nosotros en el cortijo. Gallardo hacía también memoria de este suceso. ¡Pobre Plumitas! ¡Con qué emoción se guardó una flor ofrecida por doña Sol!... Porque ella había dado una flor al bandido al despedirse de él... ¿No se acordaba?.... Los ojos de doña Sol mostraron un sincero asombro.
Yo he visto lo que es la gente continuó el bandido . El mundo está dividío en dos familias: esquilaos y esquilaores. Yo no quiero que me esquilen; yo he nasío pa esquilaor, porque soy muy hombre y no tengo mieo a nadie. A usté, señó Juan, le ha pasao lo mismo. Por riñones se ha salío der ganao de abajo; pero su camino es mejó que el mío.
Palabra del Dia
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