Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
De cuando en cuando un clamor prolongado y vivo le arrancaba a su suave éxtasis y afectaba dolorosamente su corazón. Era la gritería de la plaza de toros. «¡Dios mío!, ¡es posible! se decía aludiendo a la guerra , que a aquello lo llamen gloria y a esto aludiendo a los toros lo llamen placer!» Capítulo XIX
Siempre la veré así, con el pincel en la mano, vestida con una bata obscura, y coronada por su espléndida cabellera de oro, de la que un pálido sol de diciembre arrancaba reflejos tristes. Al oír abrirse la puerta volvió la cabeza y sonrió... Y aquella sonrisa me traspasó el corazón, pensando en lo que tenía que decirle. ¿Tan de mañana?... Buenos días me dijo alegremente.
Bien pronto, no se oyó sino el concierto colosal de quejas, que la mala suerte arrancaba a los perdidosos; los dados quedaron quietos y la voz siniestra se apagó. Tímidamente, acercóse una sombra y echó sobre la mesa algo que brillaba como diamantes. Aquí traigo las lágrimas de mi esposa dijo, tómelas usted el peso y aprecie bien los quilates.
Se sabía que era un hombre hábil é inteligente; se había observado que recogía hierbas y flores silvestres, que arrancaba raíces, que cortaba ramas de los árboles del bosque, como persona familiarizada con las ocultas virtudes de lo que no tenía ningún valor á los ojos del vulgo.
Al final había una puerta de donde arrancaba una escalerilla interior. Apenas hubo subido cuatro o cinco peldaños, se sintió cogida fuertemente por el brazo y dejó escapar un grito de susto. Al volverse percibió con dificultad el rostro pálido y angustiado de su novio. ¡Ricardo! ¿Qué haces aquí? Vi que salías del comedor y te he seguido. ¿Para qué?
No podía probar ese derecho, la única prueba estaba en poder de sus enemigos y a la menor sospecha destruirían infaliblemente ese testimonio. ¿Huiría sola del castillo? ¿Correría horas enteras a través de los bosques, para invocar el socorro de Federico? ¿Quién le indicaría el camino? ¿Y qué podría hacer aquel joven más que ella? La inutilidad de sus meditaciones le arrancaba penosos suspiros.
Para mayor desdicha, en aquel funesto periodo del 70 al 80, los dos niños padecieron gravísimas enfermedades: tifoidea el uno; eclampsia y epilepsia la otra. Benina les asistió con tal esmero y solicitud tan amorosa, que se pudo creer que les arrancaba de las uñas de la muerte. Ellos le pagaban, es verdad, estos cuidados con un afecto ardiente.
El cocinero sorprendía á su gente repartiendo cebollas crudas, voluminosas, de acre perfume que arrancaba lágrimas y una blancura de marfil. Eran un regalo de príncipe mantenido en secreto. No había mas que quebrarlas de un puñetazo para que soltasen su viscosidad, y luego se perdían en los paladares como bocados crujientes de un pan dulce y picante, alternando con las cucharadas de arroz.
Había adquirido tanta destreza en la música, que me causaba placer el oírle; tocaba el arpa con tal perfección, que, con frecuencia, cuando estaba triste, dejaba yo de tocar y de acompañarle, para no perder una sola de las notas que producía; y con frecuencia también, en aquellos días en que su corazón estaba poseído de pena, hacíanme derramar lágrimas los sonidos que arrancaba a su lira; él mismo, maestro por la inspiración y el sentimiento, experimentaba la emoción que causaba.
El tigre, así que hubo terminado, descansó algunos instantes sobre la misma almohada de su víctima. Esta todavía se arrancaba la carne del pecho a puñados para ofrecérsela. Oyes, Julita, ¿cómo hace el gato? ¡Mau, mau! ¡Ca! no es así, verás tú como hace.
Palabra del Dia
Otros Mirando