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Actualizado: 26 de julio de 2025


Bien pronto la harpía individual fue una harpía colectiva, un monstruo horripilante que ocupaba media calle y tenía cuatrocientas manos para amenazar y doscientas bocas para decir: ¡Cosas malas en el agua! Quien no piensa nunca, acepta con júbilo el pensamiento extraño, mayormente si es un pensamiento grande por lo terrorífico, nuevo por lo absurdo. Aquel día habían ocurrido muchas defunciones.

A veces la hoya se ensancha en vastos pliegues y severas curbas, y el valle se presenta lleno de ondulaciones y pequeñas colinas, donde brillan al sol limpios viñedos, hermosas mieses y verdes legumbres, ó se extienden en tupidos tapices algunas pequeñas praderas que van á perderse al pié de los barrancos estratificados de caliza, ó de las rígidas y verticales rocas graníticas que parecen amenazar al viajero desde lo alto de sus bastiones formidables.

Había vivido, y a la sazón ya no existía, como vive y muere todo sobre la tierra. Las bellas palabras habían desaparecido en el desierto vacío, infinito, y nadie las conocía, nadie las recordaba, en ningún corazón habían dejado huella alguna. Era inútil llorar, implorar, suplicar de rodillas, amenazar, enfurecerse; con ello nada lograría.

Y, puesto en pie en el barco, con grandes voces comenzó a amenazar a los molineros, diciéndoles: -Canalla malvada y peor aconsejada, dejad en su libertad y libre albedrío a la persona que en esa vuestra fortaleza o prisión tenéis oprimida, alta o baja, de cualquiera suerte o calidad que sea, que yo soy don Quijote de la Mancha, llamado el Caballero de los Leones por otro nombre, a quien está reservada por orden de los altos cielos el dar fin felice a esta aventura.

Finge que se alborota por defender su honor que, en resumidas cuentas, aquí nadie se atreve a amenazar seriamente, y lo que en rigor la irrita, es mi frialdad.... ¿Pero qué hace? vamos a ver.... Mire usted, Álvaro, por nada de este mundo daría yo un disgusto a mi Anita, que es ahora modelo de esposas; siempre fue buena, pero antes tenía sus caprichos, ya recuerda usted.... , ... al grano.

El monaguillo repugnaba y tomaba el largo, el cojo insistía y le daba caza a pesar de su manquedad de piernas, y el can, como práctico ya en tal guerra, brincaba y saltaba a las espaldas del muchacho, conociendo bien que no hay como amenazar la retirada para perturbar al enemigo.

Pues yo te digo... agregó Nicolás descompuesto, trémulo y no sabiendo si amenazar con los puños o simplemente con las palabras , yo te digo que eres un chisgarabís. ¿Qué alboroto es este? clamó doña Lupe entrando a poner paz . ¡Vaya con los caballeros estos! Ya les dije otra vez a los señores ojalateros, que cuando quisieran disputar por alto se fueran a hacerlo a la calle.

Estas son palabras de Nicephoro, y á lo que yo puedo entender dichas con poco acuerdo de lo que antes habia referido, que Miguel estaba en Andrinopoli con un poderoso ejército, y no parece que un Capitan tan prudente como Roger, á quien los mismos Griegos llaman, siempre que se ofrece ocasion, hombre de gran prudencia, hiciese tan gran desatino, como lo fuera ir con solos trescientos de á caballo á amenazar un Emperador, que se hallaba dentro de una Ciudad grande, y con un ejército poderoso.

El ilustre jefe colombiano, aun cuando no fuera por su ardiente amor hácia la causa de la libertad de la América del Sud, no podia mirar con indiferencia los peligros que vendrian á amenazar la obra por él realizada hasta alli si las armas españolas llegasen á entronizarse en el Perú; y cuando recibió la triste noticia de los últimos desastres se hallaba en la provincia de Huamalies organizando tropas y esperando refuerzos de su república para continuar las operaciones de su cuenta y riesgo, pudiendo oponer de alli á poco á las desgracias ocurridas un ejército de 4.000 patriotas del pais y 6.000 colombianos.

La misma suerte corrieron las casas de los blancos: todas fueron asaltadas y robadas y el cabecilla que mandaba los foragidos hubo de amenazar á un joven que se encontraba en la tienda de Fernando Campo, diciéndole que por cada negro que cayese ellos "arreglarían" á dos blancos.

Palabra del Dia

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