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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Yo, señor, yo soy dijo la que así se llamaba, adelantándose temerosa de que alguna de sus compañeras le quitase el nombre y el estado civil. Esa es añadió la Casiana con sequedad oficiosa, como si creyese que hacía falta su exequatur de caporala para conocimiento o certificación de la personalidad de sus inferiores.
Allí Clara, ó adelantándose ó quedándose atrás y dejando al Comendador con su sobrina, hubiera podido hablar á su placer con D. Carlos; pero no parecía sino que le tenía miedo, que temblaba de oir su voz sin testigo, y que deseaba demostrar á los ojos del Comendador que no quería pertenecer á D. Carlos, sino á D. Casimiro.
Hacia las tres de la tarde, los caminantes oyeron las primeras voces de los centinelas de la partida: ¿Quién vive? ¡Francia! respondió Materne adelantándose. Todos salieron al encuentro de los recién llegados, gritando: «¡Viva Materne!» El mismo Hullin, lleno de tanta curiosidad como los demás, no pudo contenerse y acudió, acompañado del doctor Lorquin.
El Gobernador, adelantándose á sus huéspedes, subió dos ó tres escalones, y abriendo una de las hojas de la gran ventana del vestíbulo, se encontró cerca de Perla. La sombra de la cortina ocultaba parcialmente á la madre. ¿Qué tenemos aquí? dijo el Gobernador mirando á la figurita color de escarlata que estaba delante de él.
La medianera se llevó el dedo a los labios recomendando silencio al conde, así que éste franqueó la puerta. Recomendación bien excusada por cierto, porque hasta la respiración iba conteniendo por no hacer ruido. Luego, adelantándose un poco para explorar el terreno, le hizo seña para qué la siguiese. Atravesaron un corredor, pasaron por delante de la escalera principal sin ascender por ella de miedo a encontrarse con algún criado, y fueron a buscar a la biblioteca una escalerita excusada que allí había para subir al segundo. El conde avanzaba de puntillas con el corazón palpipante. Aunque ya había penetrado otras veces en casa de Quiñones de aquella manera, le parecía siempre el colmo de la temeridad y maldecía en su interior del atrevimiento y despreocupación de su amante. Llegaron al fin al gabinete de la señora. La puerta se abrió sin que se viese a nadie. Jacoba empujó suavemente al conde, quedando ella fuera. La mano de Amalia, que se presentó de improviso, volvió a cerrar, y súbito, con arrebatado ademán, echó los brazos al cuello de su querido y le besó con apasionada ternura.
Que vengan con nosotros, bien montados, los dos arqueros que nos acompañaron en nuestro viaje por Francia, y en quienes tengo confianza absoluta. Dejarán aquí sus arcos y ni ellos ni tú diréis palabra, aunque os hablen en el campo. ¿Estás pronto? Á vuestras órdenes, señor barón, dijo Roger. ¡Y también nosotros! exclamaron Simón y Tristán, montando y adelantándose á su vez.
A este punto de su coloquio llegaban el canónigo y el cura, cuando, adelantándose el barbero, llegó a ellos, y dijo al cura: -Aquí, señor licenciado, es el lugar que yo dije que era bueno para que, sesteando nosotros, tuviesen los bueyes fresco y abundoso pasto. -Así me lo parece a mí -respondió el cura.
Pedro Carvallo ardió, pues, en cólera al oír y ver a Morsamor, y le replicó de esta suerte: Mi encuentro contigo, no será ni quiero que sea suave, pero me será grato. Tiempo ha, que me tienta el demonio con el prurito de matarte, y ahora me ofrece la ocasión más propicia. ¡Defiéndete, miserable! Y Pedro Carvallo desenvainó la espada y se puso en guardia adelantándose hacia Morsamor.
A la derecha, a cincuenta pasos de la última hoguera, se oía a los caballos relinchar y a los hombres golpear el suelo con los pies para entrar en calor mientras hablaban en voz alta. El señor Juan Claudio llega dijo Kasper, adelantándose por aquel lado.
Ya veo que he hecho mal en no dejar que me anunciasen dijo el joven, adelantándose hacia la rubia, sin cuidarse de su amiga pues te he asustado, Magdalena. Perdona mi ligereza: siempre me conceptúo hijo adoptivo del señor de Avrigny y procedo en esta casa como si todavía fuese uno de sus comensales. Haces muy bien, Amaury respondió Magdalena.
Palabra del Dia
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