Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 22 de mayo de 2025
Mucho tiempo hacía que Anita no había tenido uno de aquellos impulsos cariñosos de que solía ser objeto don Víctor, pero aquel día, a la tarde, sobre todo al obscurecer, lloró ocultando el rostro, pensando en el esposo ausente. «¡Cuánto deseaba su presencia! sólo él podría acompañarla en la soledad de enfermo que empezaba aquel día». En vano la Marquesa, Paco, Visitación y Ripamilán acudieron presurosos al tener noticia del mal; a todos los recibió afablemente, sonrió a todos, pero contaba los minutos que faltaban para las diez de la noche. «¡Su Quintanar!
Sentía la necesidad de acompañarla: creía con su presencia disimular un tanto lo ignominioso de su situación. Al regresar a su casa iba de silla en silla, leyendo, escribiendo, hablando, para disimular su aburrimiento.
Mientras que andaba don Braulio agitado, allá en el fondo de su alma, de tan varios afectos, de los cuales salía siempre por consecuencia, la precisión en que se creía de dar a su mujer y a su cuñada libertad completa para ir a casa de la Condesa y acompañarla a teatros y paseos, Beatriz, aprovechándose de dicha libertad, vino a ser casi tertuliana diaria de la San Teódulo, ora la siguiese sólo Inesita, ora la siguiese también su marido.
Nunca le adivinaron á Roseta en su casa los terrores pasados en el camino. La pobre muchacha componía el gesto al entrar en la barraca, y á las preguntas de su madre, inquieta, contestaba echándola de valerosa y afirmando que había llegado con unas compañeras. No quería que su padre tuviese que salir por las noches al camino para acompañarla.
No suponía tanto, señor don Alejandro; pero entre los dos extremos... Y en fin, yo celebro en el alma que la señorita Nieves sea como es; y excuso decirles a ustedes que no sólo por deber, sino con muchísimo gusto mío, me pongo a sus órdenes desde ahora para servirla, para acompañarla...
Isidro, avergonzado de su inacción, se dedicó a acompañarla cuando devolvía el género al taller, ya que no podía hacer otra cosa. La primera vez había dejado que la pobre Feli, arrastrando las piernas y llevando por delante sus pesadas entrañas, cargase con el fardo para llevarlo cerca de la Puerta del Sol.
Preguntada por el presidente, D.ª Josefa declaró que Obdulia hacía tiempo que perseguía a su amo y le molestaba proponiéndole la escapatoria al convento. Que el excusador había tratado en vano de disuadirla; sus esfuerzos habían sido vanos. Estaba tan resuelta a marcharse, que se hubiera ido sola si él se negaba a acompañarla. En vista de eso, su amo, aunque de malísima gana, había cedido.
A Codillo, que siempre fue una tenaza y una esponja para el dinero, le da ahora por despilfarrarse con la familia y hasta por acompañarla vestido de punta en blanco. Es teniente de alcalde, está viudo, y eso le salva, porque su mujer era una fiera hasta para amarrar el ochavo.
Volvió a ver lucir su belleza dentro de un marco de percales finos, de cintas de seda, de flores contrahechas, de menudos velos, y a recrearse con su hermosa imagen delante del espejo. ¿Qué es la vida? Un juguete. Melchor decidió que fuese al Escorial, y él quiso acompañarla.
Sin embargo, había sido prudente no acompañarla; conocía demasiado, por haberlo experimentado ya, el suplicio de verla en un baile. ¡Qué celos tan espantosos sufría cuando la veía, amable, sonriente, y siempre rodeada de jóvenes! En estas ocasiones se había dado cuenta del estado de su corazón.
Palabra del Dia
Otros Mirando