Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 30 de abril de 2025


Le doy a usted dijo Aparisi, acompañando su generosidad de un gesto imperial , la friolera de sesenta metros cúbicos de piedra sillar que tengo en la Guindalera. ¿A cómo? preguntó Guillermina, mirándole con los ojos guiñados y apuntándole con la aguja de media. A nada... La piedra es de usted. Gracias, Dios se lo pague. Y el marqués, ¿qué me da?

Precisamente, en el mismo momento el arcángel Miguel, que había venido á visitar á los dos reprobos contra su voluntad, insistió cerca de su divino amo para que diese por terminada la visita. Le era insoportable este capricho del Señor, pero protestaba de él con toda la circunspección de un ministro de la Guerra que lleva muchos siglos acompañando á su soberano.

Por entre la arboleda veía el balcón de la casa y con él una mujer desdoblando ropas brillantes, de finos colores; faldas que sacudía para borrar los pliegues de la opresión en las maletas. Era la doncella italiana; aquella Beppa de pelo rojizo que había visto en la tarde anterior, acompañando a su señora.

En los primeros tiempos, Baltasar, embriagado por el aroma del cigarro, se mostró asiduo, olvidó su habitual reserva y obró como si no temiese la opinión del mundo ni de su familia. Es cierto que en el barrio apartado donde Amparo moraba no era fácil que le viesen las gentes de su trato; no obstante, alguna vez tropezó con conocidos, en ocasión de ir acompañando a la muchacha.

Se cuenta que cuando algún campesino que presume de muy rumboso quiere obsequiar a su novia o a la muchacha a quien va acompañando, se dirige al confitero y le pide yemas o batatas. ¿Cuántas quiere usted? dice el confitero poniendo en uno de los platillos del peso la pesa de cuarterón. Eche usted jierro responde el galán. El confitero pone la pesa de media libra.

Todavía porfiaba mi marido, con la gorra en la mano, a querer ir acompañando al alcalde, viendo lo cual mi señora, llena de cólera y enojo, sacó un alfiler gordo, o creo que un punzón, del estuche, y clavósele por los lomos, de manera que mi marido dio una gran voz y torció el cuerpo, de suerte que dio con su señora en el suelo.

Dijo estas palabras acompañando a la recién venida, que ya se retiraba y que se negó tenazmente a hacer uso del carruaje. Ven, hija mía dijo la duquesa a su hija , ven, con permiso de tu maestra, a saludar a tu buena amiga. María no sabía qué pensar de lo que estaba viendo y oyendo. La niña abrazó a aquella que la duquesa llamaba su buena amiga.

Habiéndo llegado á bordo hallé la novedad de haber robado las vacas los indios, y que el marinero que las pastoreaba habia salido en busca de ellas, y no habia vuelto. Fué el bote á remudar la chalupa para que conduzca víveres. Este dia salí á caballo, acompañando al Señor D. Francisco de Viedma que salió á reconocer el terreno. A las tres de la tarde llegó á bordo la chalupa con víveres.

Pasaban otras parejas como ellos; pasaban perros, algún guardia civil acompañando a una criada decente; pastores conduciendo cabras; pasaban también hormigas, y de cuando en cuando pasaba rapidísima por el suelo la sombra de un ave que volaba por encima de sus cabezas. Y ellos charla que charla. Miquis empezó contándole su historia de estudiante, toda de peripecias graciosas.

»Como las horas se me hacían eternas en casa, salí en carruaje con una de mis tías, mientras la otra se quedaba acompañando a mi madre, no cuántas veces, a comprar cosas que no necesitaba y a visitar iglesias en que ni rezaba ni leía. Y lo cierto es que mejor estaban mis negocios para encomendados a Dios, que para otra cosa.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando