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Tirando de un cordon que está en el despacho, hace largo años que suena una campanilla; ó en lenguaje idealista, el fenómeno interno formado de ese conjunto de sensaciones en que entra eso que llamamos cordon y tirar de él, produce ó trae consigo eso otro que apellidamos sonido de la campanilla.

Lo que no existe para mismo, no es yoEl panteismo idealista no puede ser establecido de una manera mas explícita y al propio tiempo mas gratuita: se asombra uno de tener que ocuparse seriamente de tamañas extravagancias. Pero ellas meten ruido porque son desconocidas; y así conviene presentarlas al lector tales como son, aun á riesgo de fatigarle. Dejémosle continuar. «Aclaracion.

Hacer el bien á los semejantes continuó Aresti sin esperanza de recompensa ni miedo al castigo, como lo hacemos los impíos modernos, los hombres del materialismo, es ser más idealista que el devoto que compra su parte de paraíso con oraciones que no remedian ningún mal de la tierra.

En este sentido moral y no cabe otro para apreciar un sembrador de ideales Agustín Álvarez fue idealista toda su vida, no adhiriendo jamás al materialismo de ninguna religión conocida" . Álvarez fue un maestro en el amplio sentido de la palabra. Su temperamento de educador y su vocación por la enseñanza se manifestó en múltiples formas. Puede decirse que fue en él una preocupación constante.

Ultimamente se había consagrado con ardor al estudio de las ciencias naturales, de donde partían los tiros más certeros contra la metafísica idealista a que él había consagrado su vida. Al tropezarse casualmente con un joven tan entendido en ellas como Raimundo, sintió un verdadero placer. Aquella sociedad le aburría espantosamente.

Esta aparición del pasado, todavía latente en la capilla abandonada, el recuerdo de aquellas dos damas, la una toda piedad, la otra idealista, elegante y soñadora, acabó de trastornar a Febrer. ¡Y pensar que dentro de poco las manazas de la usura vendrían a profanar tanta cosa venerable!...

Me comprende bien. ¿Qué clase de sentimiento es este que se va formando entre nosotros? Una muy delicada amistad, tal vez... Su voz parece que tuviera un alma". "25 de marzo. "Se diría que Julio Lagos no es feliz. Idealista, demasiado idealista. Se queda encantado cuando yo le cuento alguna intimidad mía. Alguna intimidad disfrazada, naturalmente.

Rabiosamente idealista, como pretendían demostrar sus rizos y su nariz, no podía tolerar que en una ficción novelesca entrasen damas que no fueran la misma hermosura, galanes que no fueran la caballerosidad en persona. Por eso, saliendo á defender los fueros del idealismo, tomó la palabra, y con áspera y chillona voz, me dijo: «¿Pero está usted loco? ¿Qué arte, qué ideal, qué estilo es ése?

D. José Salamanca tiene fantasía, tiene gusto; pero es una fantasía exterior, sensual; es un gusto que apenas pasa de la sensacion, que no halla pasto suficiente en las emociones más elevadas del sentimiento. D. José Salamanca es un idealista que no se contenta con la idealidad; es un artista que no se contenta con el arte; es un poeta que no tiene bastante con la alta y verdadera poesía.

En cambio de estos servicios, el sepulturero ayudaba en sus amores al escritor, que era por extremo sensible, idealista de la clase más anticuada, si bien esto se compensaba por su habilidad en escribir billetes amorosos, manifestación literaria á que sólo sus artículos políticos podían igualarse.