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Los ánimos estaban muy excitados, pero el Gobierno Filipino, que había asumido la responsabilidad de los actos de su pueblo, con prudentes órdenes continuadamente repetidas procuraba conservar la paz, aconsejando á todos los atropellados, paciencia y cordura hasta la llegada de la Comisión civil.

Y le mostró una especie de puñal disimulado, un estilete sutil y triangular de verdadero acero, rematado por una perla larga de vidrio que podía servir de empuñadura. «¡Entre qué gente vives! murmuraba en el interior de Ferragut la voz de la cordura . ¡Dónde te has metido, hijo mío

Además ¡éramos tan excelentes compañeros!... Yo me sentí repentinamente de su edad; no: más joven aún que él. Jorge me daba consejos con su cordura precoz, y yo le obedecía como una hermana mas pequeña. Se dejaba arrastrar por su mama á un mundo de placeres y elegancias que le deslumbraba después de su vida sobria y atlética junto á un educador severo.

Siempre tengo en la memoria el acento dolorido con que don León me recitaba aquellos versos salidos del alma: ¡Qué falta de cordura! ¡Qué sobra de imprudencia! ¡Adoptar desventura! ¡Desechar avenencia! No hay para qué decir que yo celebraba mucho los versos de don León: juzgábalos sinceramente bellos; mas, aunque así no fuese, el respeto me obligaría a ponerlos sobre la cabeza.

Diría que tu educación, hecha exclusivamente por él, fue un prodigio de sensatez, de cordura, que te hizo buena... no como expresarlo, sin que tuvieras nunca que violentarte ni vencerte, inspirándote aversión a lo malo y lo mezquino. Vamos que hizo que tuvieses bondad y virtud casi por naturaleza, como tienes los ojos azules y el pelo rubio... Pero ¿a qué viene esto?

La sobriedad es tan necesaria al espíritu para sus adelantos como al cuerpo para su salud; no hay sabiduría sin prudencia, no hay filosofía sin cordura.

Los años y la cordura que éstos traen consigo parecieron desprenderse de él como las cortezas secas de un árbol que renace. Se creyó vuelto á la juventud. Fué por unos instantes aquel capitán Lubimoff de la Guardia imperial, atropellador de obstáculos y desconocedor del escándalo cuando alguien se oponía á su voluntad.

Habla usted como un sabio me dijo, pero la cordura es difícil, se lo juro, cuando hay que habérselas con la suficiencia presuntuosa. Quisiera tener esa hermosa filosofía; pero carezco de fuerza de alma, lo confieso, y tengo rencor a la Marquesa por ser rica, única cualidad que es indiscutible.

La vida del squire era tan ociosa como la de sus hijos; sin embargo, era una ficción mantenida por él y su contemporáneos en Raveloe que la juventud era exclusivamente el período de la locura y que su vieja cordura era un espacio continuo de sufrimiento que el sarcasmo dulcificaba. Antes de volver a hablar, Godfrey esperó que la cerveza fuera servida y la puerta vuelta a cerrar.

Y no lo tengo cierto á maravilla, Que aquesto del gobierno está en ventura, Y mas cuando no acierta la cuadrilla A ser de buena masa y compostura; Que no basta razon para regilla, Pues que carece della y de cordura: Bien claro está que mal será regida La cosa que no tiene en medida.