United States or Papua New Guinea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estudios literarios, por D. Pedro José Pidal. Historia del nuevo reino de Granada, por Juan de Castellanos, tomo II. Obras de Hartzenbusch. Estudios históricos, por D. Aureliano Fernández-Guerra. Novelas de Salas Barbadillo. Vida de D. Pedro la Gasca, por Calvete de la Estrella. JOYAS DE LA LITERATURA ESPA

Doña Inés se disgustó y rabió, pero don Alvaro quedó más encantado que Calvete y le dio en albricias un doblón de a cuatro duros, después que el niño dijo delante de él la palabreja y él admiró el aprovechamiento y la precocidad del discípulo y la virtud didáctica del maestro.

Todos estaban ya informados de lo que iba a suceder, unos directamente por Juanita, según ya hemos visto, y otros por medio del maestro de escuela, a quien Juanita había dado el encargo de convidarlos. No fueron, pues, indispensables ni discursos ni explicaciones. Reinó allí muy cordial alegría. Rafaela, auxiliada por Calvete, a quien llamó para este fin, sirvió un delicado piscolabis.

Antes que cumpliese dos años el primogénito de los Roldanes, logró Calvete enseñarle a pronunciar con la mayor perfección cierto vocablo de tres sílabas en que hay una aspiración muy fuerte. Encantado con su triunfo pedagógico, corrió por toda la casa gritando como un loco: ¡Señor don Alvaro! ¡Ya lo dice claro! ¡El señorito lo dice claro!

Valga para ejemplo cierto mozo, de unos quince años de edad, hijo del aperador y favorito de don Alvaro, que este tenía siempre en casa para que entretuviese a los niños. Como el aperador era Calvo de apellido, al mozo le apellidaban Calvete. Y para que se vea lo mucho que hubo de sufrir en ocasiones la pulcritud de doña Inés, he de citar un caso que de Calvete me han referido.

Para ello acude a Serafina, que está muy frescachona y floreciente y que sigue tan regocijada como en su primera juventud. En las barbas de don Alvaro se pone el bellaco de Calvete a retozar amorosamente con Serafina; y don Alvaro, fuera de , con espumarajos en la boca, grita como un energúmeno: ¡Ta, ta, ta, ta, ta!

Trocó los teatros en púlpitos y despidió á los hombres de sus representaciones más corregidos. El argumento y materia daban las tragedias del mundo y los desastrados fines de la vanidad; era el fin de ello no engañar ó entretener el tiempo, sino desengañar las almas y remediarlas. Sandoval, Historia de Carlos V. Calvete, Viaje del príncipe D. Felipe.

¡Ta, ta, ta, ta, ta! dice don Alvaro, algo resignado. Doña Inés suele también moverse a compasión y dice a Calvete: ¡Muchacho!, haz alguna de tus chuscadas para que el señor se distraiga y regocije. Y contesta Calvete: Pues si las hago a manta y el señor rabia y chilla más. Como está tan jaquecoso.... Y exclama don Alvaro: ¡Ta, ta, ta, ta, ta!

"Nuestro Señor guarde á V.S. muchos años. Tupiza, y Marzo 17 de 1781." Antolin de Chabarri. Manuel de Montellano. Pedro Pizarro Santander. José Leon de los Rios. José Dávalos. Pedro Julian Calvete. Ramon Ignacio Dávalos. José de Burgos. Alberto Puch. José Martinez. Felipe Aranibar. Señor Comandante General D. José Reseguin.

Don Alvaro, cuando no estaba en el campo, se acostaba en seguida, y como comía bastante y bebía más del exquisito vino que se cría por allí, y que es mejor que el de Jerez, con perdón sea dicho, se tendía en su cama y estaba roncando hasta las cuatro o las cinco de la tarde. A los niños se los llevaban Serafina, el ama, y Calvete al otro extremo de la casa, donde no molestaban con su ruido.