United States or Greenland ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cada uno tiene sus cositas que llorar repuso María con voz sofocada . Pero es muy tarde, Celipe, y es preciso dormir. Todavía no... ¡córcholis! , hijito. Duérmete y no pienses en esas cosas malas. Buenas noches. Cerráronse las conchas de almeja y todo quedó en silencio.

Además de esto, las rejas, que sólo dejaban ver la pared de enfrente; la aridez de la ciudad, donde no se encontraba una hoja verde; los aburridos paseos al lado del cura por aquel puerto de aguas muertas que olía a almeja corrompida y sin otros barcos que algunos veleros que llegaban a cargar sal... El día anterior, unos cuantos correazos más fuertes habían acabado con su paciencia. «¡Pegarle a él! ¡Si no fuese un cura!...» Se había fugado, emprendiendo a pie el regreso a Can Mallorquí; pero antes, como venganza, desgarró varios libros que el maestro tenía en gran estima, volcó el tintero sobre la mesa y escribió en las paredes vergonzosas inscripciones, con otras travesuras de mono en libertad.

Calmaos, Sir Oliver, dijo el magistrado. Es muy posible que mi mayordomo y mi cocinero hayan olvidado los ostras ó no hayan podido conseguirlas; pero no hay motivo para desesperarse por tal bicoca. No faltará que comer. ¿Bicoca? ¡Pues me gusta! Una comida sin ostras, sin una miserable almeja. ¿Qué va á ser de ? Nunca me hubierais convidado á vuestra mesa....

En carro de cristal venia sentado, La barba luenga y llena de marisco, Con dos gruesas lampreas coronado. Hacian de sus barbas firme aprisco La Almeja, el Morsillon, Pulpo y Cangrejo, Qual le suelen hacer en peña ó risco. Era de aspecto venerable y viejo, De verde, azul y plata era el vestido, Robusto al parecer y de buen rejo.

Las mayólicas y los platos de Palissy parecían trozos de un bajo fondo submarino, jirones de algún hondo arrecife, o del lecho viscoso de un río; allí entre las algas y fucus resbalaba la anguila reluciente y glutinosa, se abría la valva acanalada de la almeja, coleteaba el besugo plateado, enderezaba su cono de ágata el caracol, levantaba la rana sus ojos fríos, y corría de lado el tenazudo cangrejo, parecido a negro arañón.

Nela, pareces una almeja. ¿Qué quieres? Toma, toma esta peseta que me dio esta noche un caballero, hermano de D. Carlos.... ¿Cuánto has juntado ya?... Este que es regalo. Nunca te había dado más que cuartos.