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Como el paso de Calais es tan estrecho, y su servicio de vapores y correos tan bien mantenido, el puerto de Dover es quizas el mas frecuentado para las comunicaciones anglo-francesas. Dover es muy notable también por su telégrafo submarino, que lo comunica con Calais, y que fue el primer cable telegráfico establecido en Europa.

Para Caragòl no ofrecía dudas la suerte de todo submarino que les saliese al encuentro: el «chico de Vannes» iba á hacerlo añicos al primer disparo. Una tarjeta postal, obsequio del bretón, representando la tumba del santo, figuraba en el sitio de honor de la cocina. El viejo le rezaba como si fuese una estampa milagrosa, y el Cristo del Grao iba quedando en segundo término.

Viaje bueno, pero hay que navegar pegados á la costa, siguiendo la curva de los golfos, sin atreverse á pasar de cabo á cabo por miedo á los submarinos... Yo he encontrado á un submarino. Ulises adivinó que las últimas palabras del patrón contenían el móvil que le había hecho aproximarse, venciendo su timidez.

El puerto es interesante por su aduana, sus baños de mar, sus numerosos vapores-paquetes, su telégrafo submarino, sus extensas pesquerías y sus nuevos muelles artificiales.

Eran objetos vomitados por el mar: ánforas recubiertas de valvas de molusco, por un enterramiento submarino de siglos. Las aguas profundas habían cincelado estos adornos pétreos con extraños arabescos que hacían pensar en el arte de otro planeta.

Y estos bravos osaban los mayores atrevimientos, con un fatalismo profesional, confiándose al destino. En las tertulias del café contaban lentamente algunos capitanes sus encuentros en el mar, la aparición inesperada del submarino, el torpedo que marraba su blanco por unos metros, la fuga á todo vapor, recibiendo los cañonazos de la persecución.

Rompió el papel, y pasó el resto de la mañana preocupado... Su deber era perseguir este espionaje que venía á realizar su labor en un puerto de guerra... Todos los buques anclados cerca del Mare nostrum estaban bajo la amenaza de sus avisos. ¡Quién podía saber si sus comunicaciones misteriosas servirían para que él también se viese atacado por un submarino al salir de la rada de Brest!...

¡No es nada! gritó el capitán echando medio cuerpo fuera del puente para ver mejor el casco de su buque . Un cañonazo en la popa. ¡Firme, Tòni!... El segundo, agarrado á la rueda, volvía la cabeza de vez en cuando para apreciar la distancia que les separaba del submarino.

Imaginó que el insolente rapaz a quien había reprendido era el vivo retrato de D. Jaime, su difunto esposo; y yendo más adelante en aquellas cavilaciones, se dio a recelar o a sospechar que las hadas benéficas, o algunos otros seres o genios sobrenaturales, para premiar sus largos años de rígida viudez, le devolvían con vida al esposo a quien habían tenido durante todo aquel tiempo encantado y oculto en un mágico submarino alcázar, no ya conservándole joven, sino poniéndole más joven y más gallardo de lo que antes era.

Los vapores y los grandes veleros apenas si se marcaban como una pequeña sombra en el horizonte, navegando rectamente de Marsella á Génova, sin contornear el extenso golfo de la Costa Azul. Pero ahora el peligro submarino había obligado á la navegación comercial á deslizarse al amparo de las costas.