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Actualizado: 11 de julio de 2025
Déjate ahora de eso, que ya se arreglará repuso doña Juana con un desdén admirable . Y dime: si llegas a ser diputado, ¿te sentarás en aquellos bancos de terciopelo que veíamos desde la trebuna? Es claro. ¿Y te llamarán de Usía? Naturalmente. ¿Y te codearás con los ministros? Es de razón. ¿Y viviremos en Madrid? Regularmente. ¿Y nos publicarán en los papeles? Puede que sí.
Que me casaré con mi prima Enriqueta, que conseguiré un matrimonio ventajoso para mis hermanas, y que todos viviremos tranquilos y felices en mis tierras de Bretaña.
Pedirle algo, sí, lo de siempre: que nos escapemos juntos. Nuestras edades no son, si bien se mira, desproporcionadas. Paso de los sesenta, ¿y qué?; estoy ágil y fogoso como un recental. En cuanto a ganarme la vida, ando ya a punto de concluir un drama, que nos hará millonarios; así como suena. Viviremos en Madrid; tiraremos carruaje. ¿Qué pelo de caballo le gusta a usted más?
Allí correremos a refugiar nuestra dicha, lejos de este mundo que se llama cristiano y cubre de ignominia al que perdona. Allí viviremos el uno para el otro. Si no quieres ser mi esposa serás mi hija, serás mi hermana... ¡Tu esposa hasta la muerte y más allá de la muerte! exclamó Elena echándole los brazos al cuello anegada en llanto. Allí comenzaremos de nuevo la vida.
El artista, loco de contento, quería comunicárselo al atribulado padre, y medio se echó de la cama para decirle: «D. Francisco, no llore, que el chico vive.... Me lo dice el corazón, me lo dice una voz secreta.... Viviremos todos y seremos felices. ¡Ay, hijo de mi alma! exclamó el Peor; y abrazándole otra vez: Dios le oiga á usted. ¡Qué consuelo tan grande me da!
LEONOR. Partiremos lejos, lejos de Aragón, do felices viviremos, y siempre nos amaremos con acendrada pasión. NU
Creo que nos entenderemos, que viviremos como buenos cristianos, en santa paz. El señor Vicente entró a detallar su futura vida. Libertad completa para todos. Ellos tenían su llave, y él guardaba la suya. Cada uno podía entrar y salir cuando quisiera. No hacía falta llamarse mas que en casos de necesidad, como buenos hermanos. El se acostaba muchas veces cuando aún había sol en el horizonte.
4 Si hablaremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasémonos al ejército de los Siros; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
No, ¡no!... viviremos juntos porque eres mi marido y Dios manda que sea así, pero ya no te quiero: no puedo quererte... ¡El mal que me has hecho!... ¡Tanto que te amaba yo!... Por más que busques en tus viajes y tus malas aventuras, no encontrarás una mujer que te quiera como te ha querido la tuya.
En todas sus facultades, virtudes, potencias y demás atributos, es siempre tuya. PROCLO. ¿Conque me amas? ASCLEPIGENIA. Te amo. Apenas supe que estabas aquí, he venido a buscarte. PROCLO. Ya no hay peligro. ASCLEPIGENIA. Lo veo. PROCLO. ¿Viviremos juntos? ASCLEPIGENIA. ¿Y por qué no? Poseo un magnífico palacio donde albergarte. Serás mi filósofo.
Palabra del Dia
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