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Actualizado: 18 de junio de 2025
Por otra parte, Gonzalo, como todos los temperamentos excesivamente vigorosos, había nacido para los peligros; gozaba con ellos como si tuviera la seguridad de que la vida que corría exuberante por sus venas no podía secarse. No llegaron a la quinta de Soldevilla hasta las ocho y media. El Duque y sus padrinos los esperaban hacía rato. El primero no se presentó. Estaba dentro de la casa.
Permanecía aparte de la vida ibicenca, sin mezclarse en sus costumbres. Era un señor entre los payeses, un forastero. Aquéllos le trataban respetuosamente, pero con un respeto frío. La existencia tradicional de estas gentes, ruda y un tanto feroz, le atraía con la fuerza de todo lo que es extraordinario y de contornos vigorosos.
En el mismo instante el ciego se sintió apretado fuertemente por unos brazos vigorosos que casi le asfixiaron y escuchó en su oído una voz temblorosa que exclamó: ¡Dios mío, qué horror y qué felicidad! Soy un criminal, soy tu hermano Santiago. Y los dos hermanos quedaron abrazadas y sollozando algunos minutos en medio de la calle. La nieve caía sobre ellos dulcemente.
La faja negra oprimía una camisa de franela roja, apenas cubierta por un chaleco suelto, y la maraña de pelos ensortijados, sucios de barro, se escapaba por debajo de una boina vieja. Olía á juventud descuidada, á ropas mantenidas sobre la carne meses enteros. Aresti conocía este perfume de las minas; el hedor de los cuerpos vigorosos que trabajan, sudan y duermen siempre con la misma envoltura.
Recuerda el príncipe una noticia que le dió don Marcos, y los reconoce. ¡Estola y Pistola convertidos en guerreros!... Han venido con licencia á ver á sus familias, y en la noche subirán á la casa del coronel para saludar á su antiguo señor. Parecen más altos, más vigorosos. Unos cuantos meses de guerra han bastado para hacerles saltar de la adolescencia á la madurez.
La tripulación le comprendió perfectamente; la alternativa era inevitable; así, gracias a las velas de que estaba cargado y a sus vigorosos remeros, El Gavilán comenzó a hacer tres nudos. Pero Kernok no se engañaba sobre la marcha de su buque; veía bien que la corbeta inglesa tenía sobre él una ventaja real, puesto que venía con el viento.
El mismo día, á las tres, la lancha de la administración, impulsada, por seis vigorosos pares de remos que manejaban otros tantos presidiarios, atracaba en la isla Nou, y Cristián, conducido por el patrón del barco, se dirigía al establecimiento penitenciario.
Todos ellos le habían acompañado durante muchos años, dejándose ver en las transparencias abiertas por la proa de su buque. Eran vigorosos, y por esto habían suprimido el cuello la parte más frágil y débil de los organismos terrestres , asemejándose al toro, al elefante, á todos los animales arietes.
Con las disposiciones que yo le conozco a ese pueblo, en diez años de un sistema semejante hubiérase vuelto un coloso; pero las pisadas de los caballos de Facundo vinieron luego a hollar estos retoños vigorosos de la civilización, y el fraile Aldao hizo pasar el arado y sembrar de sangre el suelo durante diez años. ¡Qué había de quedar!
Aquellos dos cuerpos vigorosos, aquellas dos almas quietas, inocentes, debían comprenderse: esto lo advertía Tristán: de ahí sus recelos, transformados presto en negras visiones por su imaginación inquieta. Tomado el café la sociedad juvenil se derramó por la finca. Los viejos y las personas serias permanecieron sentados en torno de la mesa.
Palabra del Dia
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