Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de julio de 2025
»En efeto, viéndome apurado, y que mi alma se consumía con el deseo de verla, determiné poner por obra y acabar en un punto lo que me pareció que más convenía para salir con mi deseado y merecido premio; y fue el pedírsela a su padre por legítima esposa, como lo hice; a lo que él me respondió que me agradecía la voluntad que mostraba de honralle, y de querer honrarme con prendas suyas, pero que, siendo mi padre vivo, a él tocaba de justo derecho hacer aquella demanda; porque, si no fuese con mucha voluntad y gusto suyo, no era Luscinda mujer para tomarse ni darse a hurto.
Iba a decir te, pero fue tal la batería y lluvia que cayó sobre mí, que no pude acabar la razón. Yo estaba cubierto el rostro con la capa, y tan blanco, que todos tiraban a mí, y era de ver cómo tomaban la puntería. Estaba ya nevado de pies a cabeza, pero un bellaco, viéndome cubierto y que no tenía en la cara cosa, arrancó hacia mí diciendo con gran cólera: ¡Baste, no le déis con el palo!
Salía yo de una casa, pero como la hora era alta y la noche lóbrega y el barrio apartado, desnudé la daga... me previne... á los pocos pasos tropiezo, caigo, y me encuentro sobre un cuerpo humano, y con la justicia encima, que viéndome con la daga desnuda y sobre un difunto, me toma por un homicida, y me prende. Decidme, señor Francisco preguntó Cosme Aldaba , ¿llevábais vos la daga de punta?
Pues estando en tal aflición, cual plega al Señor librar della a todo fiel cristiano, y sin saber darme consejo, viéndome ir de mal en peor, un día que el cuitado ruin y lacerado de mi amo había ido fuera del lugar, llegóse acaso a mi puerta un calderero, el cual yo creo que fue ángel enviado a mí por la mano de Dios en aquel hábito. Preguntóme si tenía algo que adobar.
En otros tiempos jugaba por el placer de la emoción, por el gusto de reñir con la suerte, porque me halaga el asombro de los curiosos viéndome aventurar con indiferencia cantidades enormes. Ahora es por él, sólo por él. Alicia recordó el mal estado de su fortuna. Estaba ya quebrantada seriamente años antes, pero ella tenía la esperanza de una pronta reconstitución.
Topé a mis compañeros, licenciado Brandalagas y Pero López, los cuales estaban estudiando en unos dados tretas flamantes. En viéndome lo dejaron, codiciosos de preguntarme lo que me había sucedido. Yo venía cariacontecido y encapotado, no les dije más de que me había visto en un grande aprieto.
Lavoteándome estaba aún para buscar por este medio una reacción consoladora, cuando entró Facia de puntillas por creerme todavía durmiendo, con el brasero que había sacado del gabinete por la noche, según costumbre, antes de acostarme yo. Viéndome levantado, me dijo que se alegraba, porque tenía que darme una noticia, y no buena. Pensé que se trataba de mi tío, y me alarmé.
Mucho más aptas son las mujeres para civilizarse y pulirse que los hombres.. Enséñales el instinto de agradar lo que cien maestros no pudieran. ¿Y qué dirán de mí todas mis relaciones sobre todo en León , viéndome casado con la hija del Leonés?
Con el de que no pases más noches malas; con el de que aprendas un oficio y puedas ser la honrada mujer de un artesano. ¿Y quién es el padre Ambrosio? Un religioso exclaustrado de la Merced, que vive hace muchos años en la misma casa de vecindad donde yo vivo; un digno ministro del Altísimo; mi padre; la guía que Dios me ha dado viéndome desamparada en el mundo. ¡Ah! ¡un religioso!
Ella dudó en su respuesta por no contrariar á Desnoyers. Pero la verdad pudo más en su ánimo, y dijo con simplicidad: No... no tenía mal aspecto. Era otro. Tal vez el uniforme; tal vez su tristeza al marchar solo, completamente solo, sin una mano que estrechase la suya. Yo tardé en conocerle. Al ver á mi hermano se aproximó; pero luego, viéndome á mí, siguió adelante... ¡Pobre! ¡Me da lástima!
Palabra del Dia
Otros Mirando