Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
Por torpe que sea, ya debo comprender los signos de bonanza y tempestad manifestó tristemente. ¿Por qué ocultarme tus penas? ¿Te da vergüenza que yo las sepa? No debes tenerla... Ya ves, las mías las sabe todo el mundo, y por eso no me abochorno. El amar no ha sido jamás delito... ¿Temes hacerme sufrir demasiado mostrándome los estragos de tu pasión? Desecha ese temor.
Todo esto lo he pensado rápidamente; al mismo tiempo que lo pensaba le ponía la mano en el hombro al señor grueso, y gritaba: ¡Sarrió! Y entonces el hombre gordo ha vuelto la cara, una cara con ojos pequeños y ribeteados de rojo, y he visto tristemente que no era Sarrió. ¿Dónde vivirá? ¿Dónde comerá? Vuelvo a pasar por casa de Botín; vuelvo a pasarme frente a la vitrina de Lhardy. ¡Y no lo veo!
No quiero hablar, me dijo tristemente, no quiero hablar; ¿no lee usted en mis ojos más de lo que mis labios pudieran decirle? ¡A qué negar lo que ya sabe usted! ¡A qué ocultar, Rodolfo, que hace mucho tiempo que le amo! ¡A qué negar lo que mis ojos le han dicho tantas veces! Apartó los ramilletes que tenía delante, y ocultó el rostro entre las manos.
Es una suerte para mí que me hagas compañía, Juan dijo la señora Aubry; hasta mi hija, siempre tan razonable, demuestra hoy una gran distracción; parece que se divierte mucho. Tiene razón respondió tristemente el joven, en estar alegre y expansiva. Es una dicha ver gozar de la vida a los que se ama.
Pero ¿estás herido, Roger? ¿Qué palidez es esa? Lo único que tengo, señor barón, es pesar amargo por la desdichada muerte de mi buen compañero de Pleyel. ¡Ah, sí! dijo tristemente el noble.
Se animó al verme, y cuando me acerqué para abrazarla me miró tristemente, y con voz muy débil, tan débil que apenas la oímos, me dijo: Al fin viniste.... ¡Gracias a Dios! Temí que no volvieras a verme.... Pero ¡ya pasó... ya pasó! ¡Ya estoy bien, muy bien! ¿Estás contento? ¿Te gusta la hacienda?
Don Anselmo vino pronto, y apenas vio e inspeccionó al enfermo, mostró en su semblante consternado el cuidado que le inspiraba. Sea V. franco, D. Anselmo dijo don Acisclo : ¿qué tiene mi sobrino? Es un caso muy grave contestó tristemente el doctor. ¿Cómo es posible? ¿Quién lo creyera replicó don Acisclo , cuando ayer estaba tan bueno?
Allí estaba Crainqueville, solitario y silencioso, sentado ante un vaso vacío, cuyo fondo contemplaba tristemente. También te convido á ti dijo la vieja . Hoy es un gran día. ¡La paz! ¿Qué dices tú de la paz? Crainqueville levantó los hombros. Luego, animado por la vista del nuevo vaso que le ofrecía su amiga, se dignó hablar.
También están adormecidos: también meditan, pero el fondo de su ensueño no es la gloria, sino la libertad, y no sólo la libertad suiza, sino la libertad de todos los hombres. De cuando en cuando, levántase uno para mirar el mundo de lagos y praderas, pero vuelve tristemente hacia sus compañeros y suspira al decir: «Todavía no.» El día de la gran liberación no ha llegado.
Sí, pero es porque ya le da ejemplo el duque. ¡Hola!, y se detiene para hablarle..., y le pone una bolsa en las manos, ¡que será para los pobres!... Es un señor muy bueno y muy dadivoso. Ha hecho mucho bien. ¡Dios se lo remunere! Rosa Mística no sabía todavía la doble sorpresa que le aguardaba. Al pasar Stein, la saludó tristemente con la mano.
Palabra del Dia
Otros Mirando