Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de mayo de 2025
Cuando la luna brillara en las regiones aereas, el gusano fosforico en los cespedes, el meteoro al rededor de las sepulturas y una llama rojiza sobre las lagunas; cuando aparecera el relampago repentino de las estrellas que caigan, cuando los buhos haran oir sus tristes conciertos y las hojas permaneceran inmoviles y silenciosas en el bosque que cubre la colina, mi alma pesara sobre la tuya con fuerza y de una manera terrible.
Los cuatro mecheros del velón se apagaron. Un grito de espanto salió de aquel antes apacible recinto. Á las carcajadas sucedieron las voces de terror y los lamentos, que hacía más tristes aún la oscuridad en que quedaron sumidos. Por fin Regalado encendió un fósforo. Nadie había salido herido. Los mozos, repuestos del susto, se arrojaron á la calle resueltos á castigar el atentado.
Los enormes cerros de granito, desnudos, abruptos, despedazados á veces, entrelazados en laberinto, separados por abismos profundos y espantosos, destacando acá y allá picos, y conos, y cúpulas y moles gigantescas, cubiertos en partes de tristes matorrales, de blancas flores y de musgo y helechos; las sombras y los claros que se proyectan, segun las inflexiones del terreno; el frio de la noche; el ruido de los torrentes en las profundidades; la soledad medrosa de aquellos parajes que parecen guaridas de bandidos ó de fieras y aves de rapiña: todo eso le da á la escena los mas sombríos caractéres y un interes extraordinario.
Permite que adorne un lauro Mi cadáver macilento, Y que no muera mi acento Cual voz en la soledad! ¡Pero ya es tarde! la mano Que marca la última hora, Se levanta aterradora Y vuelca el reló fatal; Y las cuerdas de mi lira, Como nervios doloridos Producen tristes sonidos Una á una al reventar.
Levantó su cabeza Pepeta; fijó por primera vez sus ojos en la mujerzuela, y también pareció dudar. ¡Rosario!... ¿eres tú? Sí, ella era; lo afirmaba con tristes movimientos de cabeza. Y Pepeta, inmediatamente, manifestó su asombro. ¡Ella allí!... ¡Hija de unos padres tan honrados! ¡Qué vergüenza, Señor!...
Desde el día en que la vista de todas las bellezas aunadas en aquella devota de Dios le habían apaciguado y convertido, un juez y un custodio velaban en su interior, lo defendían contra las ideas tristes, contra los propósitos indignos, contra las imágenes impuras.
Las ocasiones faciles y leves Que el lascivo regalo al alma invia, Tienen de persuadirte y derribarte, Y al vano y torpe amor blando entregarte. Es este el levantado pensamiento, Y el proposito firme que tenias, De no ofender á Dios, aunque en tormento Acabases tus torpes tristes dias?
Ella lo miraba con mucho cariño, como si le preguntase cosas: y él la miraba con los ojos tristes, como si quisiese echarse a llorar. Pero enseguida se ponía contento, se montaba a Nené en el hombro, y entraban juntos en la casa, cantando el himno nacional.
En los rosales, muy hermosos con su nuevo follaje, aun no brotaban los capullos; pero en el cuadro de «no me olvides», sembrado por Angelina, se abrían las primeras flores. Había triunfado el amor de la pobre huérfana. Mis plantas, lánguidas y tristes, no florecerían en muchos meses, hasta fines de Abril o principios de Mayo.
Hallábase, pues, enfrascado en tristes cavilaciones, como ordinariamente le acaecía siempre que estaba solo, cuando acertó a ver a lo lejos dos señoras, cuya figura le trajo a la memoria en seguida a su madrastra y hermana. Según fueron acercándose, pudo cerciorarse de que no eran otras. Le dio un salto el corazón, y vaciló un instante entre marcharse antes que llegasen o permanecer en su sitio.
Palabra del Dia
Otros Mirando