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Actualizado: 6 de mayo de 2025
Buscó, pues, el manuscrito, le halló, y considerando que las dos únicas personas capaces de entender en el lugar aquello que él llamaba una monserga eran D. Anselmo y doña Luz, y que D. Anselmo por ser impío no apreciaría tan bien la monserga como doña Luz, que era creyente, no titubeó en llevar el manuscrito a doña Luz, sin abrir siquiera sus páginas, porque le estorbaba lo negro, como no fuesen cuentas en que él saliera ganando y con alcances a su favor.
No diré que no respondió Tomás Flavio, algo más animado. Puede que sí. ¿Pero y tu mujer, viejo? ¿Qué tal va? El viejo titubeó. Todo Bar Sansón sabía que las experiencias conyugales no habían sido felices para él.
La señorita Porhoet no titubeó en confesármelo, asegurándome que le había sido imposible obrar de otro modo por el honor de su familia, y que por otra parte, la señora de Laroque era incapaz de traicionar ni para con su hija, un secreto confiado á su delicadeza. Entretanto, mi confidencia con la anciana señorita me había infundido hacia ella un tierno respeto, del que trato de darle pruebas.
Un momento titubeó entre armarla, como él decía, o seguir tranquilamente su viaje. Su buen sentido triunfó, y lanzando, de paso, al viajero su flecha en un sarcasmo, picó su mula y siguió adelante. Al caer la noche llegó a Huiro, un pueblito miserable, y se detuvo en una posada muy pobre que había a la entrada, tenida por un lindo indio viejo.
En el curso de su recíproca conversación sugirió la vizcondesa a Beatriz una idea que ésta no titubeó en aceptar, y que le fue fácil imponer a Fabrice.
De esto hace cuatro años prosiguió la vizcondesa . No recuerdo quién distintamente... pero se parecía algo al que has nombrado... Por otra parte, puedes estar tranquila... no me quería a mí tanto como a ti... porque a mí no se me insinuó para casarme... Beatriz titubeó un momento, pero al cabo atrajo hacia sí tiernamente a su amiga, besándose las dos en medio de abundantes lágrimas.
Pensó tristemente en el amor perdido, pero pensó al mismo tiempo, con doloroso titubeo, en lo que podría ver al entrar en su casa. Poco antes de la puesta del sol zarpó el vapor francés. Hacía muchos años que Ulises no navegaba como simple pasajero. Vagó desorientado por las cubiertas entre la muchedumbre viajera.
Entonces Baltasar miró a Borrén fijamente con ojos expresivos, más claros y categóricos que palabra alguna. Hay que decir en abono del confidente universal, que titubeó. Sin alardear de moralista, bien puede un hombre blanco que viste uniforme y peina barbas, encontrar que ciertos papeles son desairados y tontos.
Comenzó la marcha atravesando las fincas de "Guanabo", "Vuelta Corta" y "Filipinas", hasta llegar al lugar conocido por "Río Frío", que, como decimos antes, era donde se encontraba el enemigo; pero ya los cabecillas Felipe Vera, el "Brigadier" Anaya y Boulet, se habían marchado precipitadamente de este lugar, por lo que el capitán Perdomo hubo de practicar distintos reconocimientos y después de oir varias confidencias y examinar el rastro, pudo comprobar que la partida rebelde se encontraba cerca de "Palma Mocha". El capitán, no obstante el gran número de alzados que componían dicha partida, pues el rastro que se veía era enorme, no titubeó un solo instante, y dispuso que se emprendiera sigilosamente la marcha por el infernal camino que conduce al referido lugar.
Ya solo, el artista tuvo un momento de horrible duda. Inmóvil, petrificado, veía delante de sí la mesa, y sobre la mesa la carta. Por fin marchó hacia aquélla, con paso de autómata, con paso de estatua. Tomó en sus manos los fatídicos renglones, titubeó todavía, hizo un movimiento como para rasgar la carta; después, con brusca decisión, la desplegó y la leyó.
Palabra del Dia
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