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General de la escuadra de Sicilia, D. Berenguer de Requesens. 10 galeras, 2 de ellas del Marqués de Terranova, 2 de Mónaco, 2 de Visconte Cicala. General de la escuadra pontificia, Flaminio de Languillara . 4 galeras. General de la escuadra del Duque de Florencia, Nicolo Gentile. 4 galeras. General de la escuadra de Malta, el Comendador Carlo de Tixeres. 4 galeras, una galeota, un galeón.

Eres ... se me representa contigo el amor que te tengo.... ¿Pues y mi tío?... Ambos os parecéis mucho.... ¿En dónde está el bendito Golfín? Aquí... en la presencia de su enfermo dijo Teodoro presentándose . Aquí estoy más feo que Picio.... Como usted no ha visto aún leones ni perros de Terranova, no tendrá idea de mi belleza.... Dicen que me parezco a aquellos nobles animales.

El bañista que nos lo había anunciado metía el rostro por el follaje para que no se oyesen las carcajadas que no era poderoso a reprimir. Mi patrón, avergonzado, y otra vez con aquella expresión humilde e inocente en los ojos de perro de Terranova, me dijo tirándome de la ropa: D. Ceferino, ya es la hora de almorzar; ¿nos vamos?

El doctor reprimió un movimiento de disgusto y respondió con el tono más natural, como el de un hombre en el que la virtud no es pedantería: ¡Dios mío! señora, es mi costumbre, y ya soy demasiado viejo para corregirme. Nosotros los médicos cuidamos a nuestros enfermos como los perros de Terranova salvan a los que se están ahogando. Cuestión de instinto.

Ratelán tiene razón dije distraído en voz alta. La india puede poetizar el amor, es más, lo poetiza. ¿Lo poetiza? ¿ ó no? le dije en tono de buen humor á mi buen Quico, antiguo veterano de la guerra de Cochinchina, más mudo que Grimeau y más fiel que un perro de Terranova.

Decíamos, que el Puente del suspiro, se destacaba cual sombría atalaya á la vista de la casa de Doña Luisa. Esta quedó instalada en el cafetal con sus dos hijas, su antiguo y leal Pedro, criado depositario de la confianza de la familia ya largos años, su servidumbre, y su fiel León, hermosísimo perro de Terranova.

Primero, enfermaron los de Terranova, lo cual atribuía Kane á la falta de luz: si se les ponía ante los ojos una linterna encendida se aliviaban: mas, poco á poco fué consumiéndolos extraña melancolía y se volvieron locos. Los perros esquimales siguieron sus huellas, y hasta su perra Flora, «la más discretala que reflexionaba mejor, comenzó á delirar como sus compañeros y sucumbió.

Habiendo la señorita Helouin y la señora Aubry manifestado un vivo deseo de ver renovarse las tan ponderadas hazañas de Mervyn, la joven llamó al terranova y lanzó como el día anterior su pañuelo á la corriente del río, pero á esta señal el valiente Mervyn, en lugar de precipitarse al lago, tomó la carrera á lo largo de la ribera yendo y viniendo, con aire diligente, ladrando con furor, agitando la cola, dando en fin, mil pruebas de un poderoso interés, pero al mismo tiempo de una excelente memoria.

El dueño de la Fonda Continental, hombre de mediana edad y estatura, bigote grande y espeso, ojos negros y dulces, no apartaba la vista de nosotros, fijándola cuándo en uno, cuándo en otro, con expresión atenta y humilde, parecida a la de los perros de Terranova. Cuando quiso Dios al fin que el coche parase, saltó a tierra muy ligero y nos dio la mano galantemente para bajar.

Y sumergió afectuosamente su mano en la espesa piel del Terranova, que parado sobre las patas de atrás, alargaba ya su formidable cabeza, entre mi plato y el de la señorita Margarita. No pude menos de observar con nuevo interés la fisonomía de esta mujer, y buscar en ella los signos exteriores de la poca sensibilidad de alma de que al parecer hace profesión.