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Actualizado: 5 de junio de 2025


Escribí a Burdeos diciendo que tardaría en volver algo más de lo que había prometido. Todos los días esperaba a Mary después de que ella concluía su trabajo, y paseábamos juntos, solos o en compañía de Cashilda la de Recalde. Nos sentábamos en el Rompeolas y veíamos cómo el mar se agitaba entre las peñas. Algunos amigos me dijeron que Machín me espiaba.

»En el momento de salir, me advirtió don Santiago que su hijo no había vuelto aún a casa, pero que no tardaría, porque era ya la hora de comer para ellos; le rogué que no le ocultaran que había estado yo allí, y comencé a bajar la escalera. »Al llegar a la meseta del entresuelo, me encontré con Ángel, que subía. Dios, aunque me castigaba, no me dejaba todavía de su mano.

¡Oh, no, no, no!... ¡Imposible que figurara aquel nombre en aquella carta!... Borrólo, pues, con apretadas y menudas tachaduras, para que no pudiera entenderse, y puso en su lugar el marqués de Butrón... El marqués de Butrón le había asegurado que no tardaría un año, y prometido para entonces un porvenir brillantísimo.

No tardó en llegar Velázquez, quien se sintió tan sorprendido como alegre de encontrar sola á Paca, y más cuando se enteró de que Soledad había ido á casa de una vecina que estaba de parto y tardaría en volver. No la quiso ver mejor el irresistible jaquetón.

Y la Mariposa guiñaba sus ojos, contraía el negro agujero de su boca rodeado de arrugas, adivinando que sólo un suceso de gran importancia podía haber traído hasta allí a su nieto. Maltrana desechó todo preámbulo. Pasaba el tiempo; Zaratustra no tardaría en volver, y él deseaba hablar a solas con la anciana.

Yo no puedo amar en la tristeza, y me causa un fastidio tan grande ver caras de enfermos y ojos con lágrimas, que no tardaría en tomarle horror a la casa misma. Por nada del mundo querría que mi pobre amiga viese un día que me pongo de mal humor a su lado. No fue, pues, por pura caridad que Huberto resolvió ir con menos frecuencia a casa de los Aubry.

Unas cuanto más se venden, más caras valen, y otras... Se acordó del anónimo y comenzó a desasosegarse. Doña Frasquita lo habría recibido la víspera al anochecer... No tardaría en llegar. El escándalo iba a ser mayúsculo, pero así acababa todo de una vez. ¿Qué podía esperar del vejestorio? Ni dinero ni placer. Nada.

Montiño tuvo en los labios la palabra os haré rico; pero meditó que acaso no era tan grave el motivo de su prisión, que fuese necesario herirse mortalmente para librarse de ella, y se calló, dió otro doblón al corchete y las gracias por haberle dejado subir hasta allí; salió, cerró cuidadosamente y, despidiéndose de su mujer, asegurándola que no tardaría, salió del alcázar con el corchete.

Mientras tanto el cura no tardaría en llegar para consagrar la unión, y esa misma tarde iría él con Adriana, con "su mujer", a un chalet rodeado de viejos árboles, en las barrancas de Belgrano... ¿No lo habría soñado? ¿Era realmente "su mujer" esta criatura que le desdeñara y le humillara tanto y a quien durante los últimos meses no pudiera contemplar sino furtivamente, como un ladrón, en la penumbra de la iglesia del Socorro? ¿Era esta la misma Adriana que tantas veces resplandeciera para él, transfigurada, en la indecisión de una portentosa lejanía?

Creía que pronto estaría buena, decía que estaba ya mucho mejor, aunque acaso tardaría en encontrarse otra vez fuerte del todo.

Palabra del Dia

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