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Actualizado: 14 de mayo de 2025


A menudo había pensado que era demasiado buena, demasiado dulce y demasiado bella, para ser lanzada en medio de los zarzales del mundo, verse expuesta a caer y herirse con las espinas de la vida. El mundo es tan cruel y despiadado y está tan lleno de trampas para la juventud incauta de la alta sociedad, como para la de las clases bajas.

El amor era una cosa hermosa, pero no indispensable en el matrimonio ni en la existencia. Lo importante era escoger una buena compañera para el resto del viaje; acomodarse bien en los asientos de la vida; arreglar el paso de los dos a un mismo ritmo, para que no hubiesen saltos ni encontronazos; dominar los nervios y que la piel no se repeliese en el contacto de la existencia común; poder dormir como buenos camaradas, con mutuo respeto, sin herirse con las rodillas ni meterse los codos en los costillares...

Vaya, hijo mío, tranquilícese decía el buen anciano levantando a Blasillo. Este volvió en , miró a su alrededor, y se precipitó de nuevo en los brazos del gitano. ¡Cuánta caridad! decía el guardián ; va a herirse con las cadenas de ese bandido. El sacerdote se vio obligado a arrancarle de sus brazos casi sin conocimiento. Señor le dijo el gitano , quisiera volver a ver a usted mañana.

El buen Sancho se refociló tres días a costa de los novios, de los cuales se supo que no fue traza comunicada con la hermosa Quiteria el herirse fingidamente, sino industria de Basilio, esperando della el mesmo suceso que se había visto; bien es verdad que confesó que había dado parte de su pensamiento a algunos de sus amigos, para que al tiempo necesario favoreciesen su intención y abonasen su engaño.

Esta órden, que mandó notificar José Gabriel Tupac-Amaru á los que le habian hecho el mensage, con apercebimiento de no reservar á ninguno de los que la contradigesen, excitó entre ellos una especie de tumulto, y tratando sobre lo que se habia de resolver, fueron unos de parecer que se embistiese al enemigo, y otros que ; de modo que, divididos en los dictámenes, sintieron bien presto los efectos de la discordia, que paró en herirse reciprocamente.

Montiño tuvo en los labios la palabra os haré rico; pero meditó que acaso no era tan grave el motivo de su prisión, que fuese necesario herirse mortalmente para librarse de ella, y se calló, dió otro doblón al corchete y las gracias por haberle dejado subir hasta allí; salió, cerró cuidadosamente y, despidiéndose de su mujer, asegurándola que no tardaría, salió del alcázar con el corchete.

La carne herida, destrozada por el choque, la sangre que manchaba las aceras y los pavimentos de los cafés, le causaban inmensa tristeza, haciéndole pensar con lástima en la eterna infancia de los hombres: ¡Matarse, herirse por un pedazo de madera groseramente tallada, que estaba allá en lo alto, entre luces y flores, mientras existían en el mundo terribles enemigos, como el hambre y la injusticia, que reclamaban para desaparecer el esfuerzo común y fraternal de todos los humanos!

Sin embargo, nadie era tan valiente que se atreviera a ponerse al alcance de los colmillos del perro. Entre los perseguidores del perro había tres o cuatro armados con escopeta, podían dar la muerte a su enemigo desde lejos, pero nadie disparaba, temerosos de herirse los unos a los otros.

Lo único que lograba distraerla algunos momentos era el arreglo del baúl del cadete, al cual consagraba tantos y tan prolijos cuidados que nada se echaba de menos en él, desde las prendas más usuales de ropa hasta un pedazo de tafetán de golpes y un paquete de hilas para el caso de herirse. Ricardo evitaba siempre la despedida, escapándose.

Poco a poco esta certidumbre se fué petrificando en mi alma, y como una columna en un descampado dominó toda mi vida interior, de suerte que, por más desviado camino que tomasen mis pensamientos, veían siempre negrear en el horizonte aquella memoria acusadora; por más alto que levantasen el vuelo mis imaginaciones, terminaban por herirse las alas en ese monumento de miseria moral. ¡Ah, por más que se considere la vida y la muerte como vanas transformaciones de la substancia, es pavoroso el pensamiento que ha de bañarse en sangre caliente!

Palabra del Dia

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